viernes, 27 de septiembre de 2013

+ El placer del dibujo

Hemos iniciado el curso y muchos de vosotros habéis querido empezar dibujando. Las razones son diversas aunque principalmente hay dos: después de dos meses de relax empezar por algo simple parece lo más adecuado; también algunos de vosotros queréis encontrar nuevos horizontes en vuestro trabajo y el dibujo estimula la creatividad. Sí, pero dibujar ¿qué? Y ¿cómo?

La fotografía acabó con la exclusividad del dibujo como representación de lo real. Desde el renacimiento el esfuerzo por contar la realidad de la forma más fiel y acertada posible era un trámite ineludible para la carrera de un artista. Horas y horas de dibujo de estatuas de yeso, poses interminables de modelo humana, carboncillo y más carboncillo. Pero al popularizarse las cámaras de fotos cualquiera podía tener un recuerdo mucho más fiel que el mejor dibujo de un profesional. El arte tuvo que redefinirse y buscar un nuevo sentido. La revolución moderna tardó en llegar a las facultades y escuelas superiores.

Cuando empecé Bellas Artes, a principios de los 90, en Madrid la enseñanza era un refrito de academia clásica y vanguardismo. Por un lado el profesor de anatomía nos exigía aprender los nombres y posición de todos los huesos del esqueleto y sus músculos y por otro el titular de pintura suspendía a todo el que realizara una obra realista. Era una esquizofrenia. Algunos profesores estaban convencidos que el arte había muerto y no aparecían por el aula. Otros, como el de perspectiva, suspendía al 80% de la clase por no dominar el gran hallazgo del siglo XV formulado científicamente (tuve compañeros que llegaron a terminar la carrera y no obtuvieron el título al no poder superar esta asignatura). El maestro de procedimientos artísticos nos obligaba a pintar al temple, como Giotto, sobre una imprimación clásica hecha a base de cola de conejo elaborada al “baño maría”, pero para el catedrático de pintura era más importante lo que escribías en el papel del examen que lo que habías pintado durante todo el año en el taller.

Somos hijos de estas contradicciones y todavía no hemos llegado a la síntesis. Sigamos a Aristóteles y busquemos el equilibrio, la virtud del medio. Aprender a representar lo que vemos de una forma acertada es una destreza digna de ser adquirida, pues nos da libertad y control. Buscar otros caminos que van más allá de contar sólo lo que vemos es nuestro deber.

Agustín Valle, en un artículo titulado “nada de dibujo”, propone el ejercicio de dibujar sobre una superficie empañada. Cita para ello a J. Cortázar:

“Reflexión matinal: siempre me gustó escribir y dibujar en los vidrios empañados. Materia tan tersa, al dibujar la luz de fuera se alegra del trazo y penetra de lleno. / Al cabo de un rato, el dibujo se chorrea, se reduce a un informe montón de lágrimas, las caras se pudren, se desprenden a pedazos. / (…)”

La semana pasada os contábamos la libertad con que los niños convierten el arte en juego ¿Cuánto tiempo hace que no dibujáis nada en el espejo del baño? El dibujo sobre el vaho tiene el valor de lo efímero, nos habla de fugacidad y sutileza. ¿Por qué no probáis esta semana a utilizar la pizarra que aparece tras ducharos y gozáis con la línea que sigue a vuestro dedo? Agustín Valle recomienda utilizar el dedo meñique para conseguir líneas de gran delicadeza…



- Semana 4 - Bel


- Semana 4 - Sonia


- Semana 4 - Coloma M.


- Semana 4 - Eva


- Semana 4 - Claudia





- Semana 4 - Gloria


- Semana 4 - Maike



- Semana 4 - Pep


- Semana 4 - Coloma C.


- Semana 4 - Jazmin


viernes, 20 de septiembre de 2013

+ Sonidos de piedra y hierro

Hablábamos hace poco de una exposición de Amparo Sard en la iglesia del convento de Sant Domingo, en Pollença. El templo se halla frente a un gran parque público llamado de Joan March. La vegetación es mediterránea, muy cuidada. Allí, hasta el 30 de septiembre podemos disfrutar de una selección de obras del escultor Pedro Flores. Nacido en Jaén en 1961 ha vivido toda su vida en Son Servera y es uno de los principales exponentes de esta disciplina en la isla.

Las piezas son instrumentos musicales, vistos bajo el personal prisma de Flores. El hierro y la piedra se abrazan con cariño, con naturalidad, como si en su esencia estuviera quererse. La piedra siempre ha fascinado al hombre, que la ha idolatrado y adorado. Su poder parece vencer el paso del tiempo, tiene alma de eternidad. El hierro en cambio es sinónimo de humano. El fuego lo doma, venciendo su rigidez, lo vuelve maleable y dúctil. La mano lo doblega y transforma en formas infinitas. El escultor ha creado estos objetos sonoros buscando la esencia de las piezas, con cariño y humor a la vez. Los detalles están modelados para traernos a la memoria los sonidos que evocan. La rotundidad del objeto contrasta con la intangibilidad de la música que expresa.

Todas esas cosas pensaba mientras contemplaba los instrumentos de Flores, sus sólidas cajas de resonancia, sus hilos montados sobre las retorcidas bigas metálicas. Entonces aparecieron unos niños que jugaban por el parque. Empezaron a tañer el arpa subidos al pétreo pedestal. Luego el piano hizo sus delicias. La música no sonaba en nuestros oídos, pero sí en la mente. Melodías de risas y felicidad. Alegría de infancia, en que las cosas están para ser probadas, acariciadas, jugadas. Me sentí adulto, muy adulto. Incapaz de tañer un instrumento de piedra y hierro porque no suena de verdad. Ojalá volviera esa inocencia a nuestra mente. Y bromeásemos con la vida. Y nos divirtiéramos con lo que nos encontramos. Sin intelectualizar, sin clasificar, sin ordenar ni gramaticalizar. Libres de lo que piensen otros, todo sería sencillo y divertido como hacer sonar un instrumento de piedra.







- Semana 3 - Coloma C.


- Semana 3 - Jazmin


- Semana 3 - Nora


- Semana 3 - Eva


- Semana 3 - Coloma M.


- Semana 3 - Elisabet


viernes, 13 de septiembre de 2013

+ Carlos Cerdá en la Nit de l'Art



Como cada año se abre la temporada artística de invierno con un evento que cada vez tiene más participación, la Nit de l’Art. Podéis descargaros un pdf con todas las salas que concurren oficialmente y un mapa del circuito en el siguiente link:


Hay muchas exposiciones que no figuran en el folleto pues esa noche está llena de magia y todos queremos aprovechar para compartir nuestra obra y participar de la fiesta, aunque sea de forma alternativa.

En mi caso, sigo trabajando en el formato de las cajas de luz que inicié en el año 2010. En ellas el paño está pintado, cosido, perforado, rasgado, acompañado de otras telas, pero mantiene su transparencia. Las obras no son "cajas de luz" en el sentido habitual. Es decir, pueden estar con la luz apagada y muestran un aspecto. Con la luz encendida su faz es totalmente diferente, enseñan su cara oculta, su secreto.

A nivel de contenido, he eliminado la multiplicidad de signos que enriquecían la obra anterior para centrarme en la vocal “a” y su silueta. Este grafismo es muy expresivo, no sólo a nivel visual (abierto/cerrado, recto/curvo, sencillo/elegante, etc) sino también a un nivel más profundo. Inicia la série de letras con las que expresamos todo el saber. También empezamos a hablar con esta vocal (mamá, papá, etc.). El lenguaje supone el inicio de la razón humana y su complejidad nos distancia de los demás seres vivos. La vocal "a" representa el umbral de la conciencia. En los cuadros, la primera letra del abecedario juega consigo misma para crear universos llenos de profundidad y riqueza cromática.

El próximo jueves, día 19, os espero a todos en los locales de Sant Feliu (C/ Sant Feliu 17. Palma).




- Semana 2 - Gloria


- Semana 2 - Coloma M.


- Semana 2 - Julia


- Semana 2 - Amalia


viernes, 6 de septiembre de 2013

+ Paisaje umbrío

Es una suerte para nosotros vivir en una tierra tan llena de arte. Mallorca rezuma artistas en todas sus orillas. Será que sus luces y azules vibran en nuestra mente y nos inspiran. Será que los que vivieron atrás siguen su trabajo con nuestras manos. Y así, en muchos pueblos de la isla encuentras galerías de arte con obra de reconocidos maestros o exposiciones temporales de gran calidad. Además, espacios significativos han sido restaurados o habilitados para tales eventos y le dan a la obra un nuevo significado y resonancia.

Estuve unos días de vacaciones en la costa de Pollença y pude disfrutar de los encantos de la villa. En el sobrio y elegante claustro del antiguo convento de Sant Domingo se celebra un conocido festival de música. La iglesia del monasterio ahora ya no se utiliza para celebraciones litúrgicas sino que acoge diferentes muestras artísticas. Del 20 de julio al 15 de septiembre (todavía estáis a tiempo de verla) Amparo Sard expone su instalación titulada “paisaje umbrío”.

Al abrir la puerta del templo uno titubea antes de entrar, pues todo está oscuro. La luz que todavía tienes a tu espalda te empuja adelante, hacia adentro. Cuando la puerta se cierra tras de sí por el mecanismo del muelle te encuentras ante un espacio de dimensiones desconocidas, pues el luto se apoderó de las paredes. Sólo en el centro se halla una forma de luz que te atrae y te guía. Parece el tronco de un almendro gigante, pero su ser ha trasmutado en luz: es transparente. No te atreves a alejarte mucho por el miedo a tropezar con algún objeto que no percibes. Si la vista ha sido cercenada, el oído se expande. Suena una música gregoriana que con la acústica de la iglesia te penetra hasta la médula. Al llegar al tronco te permites mirar a tu espalda y ves cómo unas proyecciones caleidoscópicas en tonos grises se dibujan sobre la pared opuesta. Su significado es desconocido, esotérico.

Amparo describe la obra de este modo: “es por la base de un almendro (luz) que se penetra en la ciudad misteriosa de Luz, que es una estancia de inmortalidad”. La “ciudad de Luz” es el lugar donde viven los que son y serán para siempre. Pero en un mundo en devenir constante donde todo lo que es dejará de ser y nada hay que resista el olvido, ¿existe esa ciudad? Así lo creyeron los constructores de la iglesia, así lo queremos creer todos. El deambular a oscuras dentro del templo es un símil de la vida misma, sus inseguridades y pesares. Poco a poco se nos van acostumbrando los ojos al lugar y ya distinguimos alguna columna al fondo, aquí el escalón del altar, allá las capillas y los santos. También en la vida nos sucede algo similar. Con el paso del tiempo se nos acostumbra la vista y distinguimos lo sensato de lo estúpido, lo inútil de lo que vale la pena. Pasear un día soleado por el mercado de Pollença y entrar a ver una exposición está dentro de esto último.


- Semana 1 - Silke


- Semana 1 - Jazmín


- Semana 1 - Coloma M.