viernes, 14 de septiembre de 2012

+ Y el dibujo saltó al cuadro


Confío que la semana pasada tomarais la medicina que os recomendé y el lápiz haya sido vuestro compañero de fatigas. El dibujo es una disciplina ineludible. Tradicionalmente se hacía gran hincapié en el encaje, es decir, en que la proporción del esbozo fuera lo más parecida posible a la realidad. Y las Escuelas de Arte impartían horas interminables de dibujo con estatuas de yeso que más adelante mudaban a carne y hueso. Es cierto, la maestría en el encaje es un gran paso hacia un buen dibujo. Pero desde que se inventó la fotografía esta maestría pasó a segundo plano, sustituida por la expresividad. De qué sirve un gran parecido en el retrato si éste no transmite nada. Así empezó a despreciarse la enseñanza de la Academia y su exigencia de exactitud.

Sin embargo, y al contrario de lo que pudiera parecer, el dibujo empezó a rivalizar con la pintura en dignidad y protagonismo. La ventana que abrió el renacimiento en las telas se había cerrado, vencida por la fotografía, y había que representar la realidad de un nuevo modo. Ese nuevo camino lo brindó la línea, que asaltó el lienzo y se hizo la dueña y señora del lugar. Fue una solución tan acertada que seguimos explotándola un siglo después. Voy a ver exposición tras exposición en que las obras son dibujos con algún tono de color. Todos hijos de Matisse, el gran gurú. Pero el maestro no se limitaba a poner color a un esbozo (¡y qué esbozos!). Jugaba con el pasado de la Academia, respetándolo a veces, rompiéndolo otras. Un conjunto de tonos aquí, una tinta plana allá. Una línea aquí, una transparencia y un fundido allá. Rompía la proporción sin que molestase a la vista. Destacaba lo que le interesaba y obviaba lo demás.

A continuación reproduzco el óleo “Desnudo, tapiz español” donde están escritas muchas de las claves de la modernidad. El que quiera hacerse profesional de este arte e hijo de su tiempo deberá aprender a leerlas. A su lado reproduzco el dibujo que se encuentra escondido en el lienzo. Simplemente he eliminado los colores con el photoshop.

Nosotros deberemos andar el camino inverso. Primero lucharemos porque nuestros dibujos lleguen a esta altura. Luego daremos el salto al color.



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