viernes, 26 de abril de 2013

+ Óleo sabroso


Hay en la calle Missió de Palma un hotel con personalidad propia. Tal vez no nos hayamos dado cuenta al pasar pues esta antigua vía es estrecha y poco luminosa. Las casas dan descaradamente la espalda al viandante, mostrándole su faz más insulsa. Es la ciudad musulmana, la que vive puertas adentro y reserva sus placeres sensoriales sólo para los moradores. Antiguo convento dedicado en su día a la formación de padres misioneros, está ahora totalmente renovado. El elegante hall de entrada enfila directo hacia una hermosa estancia abovedada que mira al jardín. Este espacio se ha dedicado a sala de exposiciones y está abierto al público.

Actualmente podéis visitar la muestra de Natasha Zupan titulada “Mentiras piadosas – White lies”. La mayor parte de las obras son de pequeño formato, agrupadas en constelaciones según su tipología. Los materiales utilizados son muy variados, desde el pan de oro a la cera virgen, las telas bordadas o el papel impreso. Pero el gran protagonista de la sala es el óleo. Esta técnica que revolucionó el renacimiento y puso punto y final al uso del temple al huevo, fue abandonada por las corrientes de vanguardia americanas. Éstas adoptaron el uso de la pintura acrílica como materia prima. Permitía cubrir grandes superficies fácilmente y a un precio mucho más asequible que el óleo. Además, al disolverse con agua eliminaba los desagradables olores tóxicos del aguarrás. El acrílico se convirtió en señal de modernidad. Facilitaba toda clase de gamberradas, secaba rápidamente y acompañaba la formación de texturas de todo tipo al añadirle materiales de carga.

El óleo, pobrecito, pasó de ser garante del arte con mayúscula a quedar relegado a las academias de pintura tradicional decadente. Sin embargo, este material todavía tiene mucho que decir. Su consistencia grasa le da un cuerpo que sólo consigue el acrílico a base de añadir pastas de moldeado. Su color brillante y saturado cautiva la vista. Su brillo melífluo no tiene parangón. Natasha Zupan lo reinterpreta con maestría. Lo empasta, lo moldea, lo esculpe. Está acompañado de muchos materiales que forman parte de la tradición pictórica europea, como el pan de oro, reformulados a un lenguaje actual. El trabajo de Zupan evoca tiempos pasados con técnicas vanguardistas. Todo un banquete para nuestros ojos.






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