viernes, 17 de abril de 2015

+ Miserias al descubierto +

Tengo un amigo residiendo durante un año en Belgrado, capital de Serbia. No es un lugar muy habitual para ir de viaje, pero qué mejor que visitar otra ciudad acompañado de alguien que está viviendo allí para descubrir sus secretos. Así que aproveché los días de vacaciones para dar un salto a la metrópoli de los Balcanes. Todos recordaréis la guerra que tuvo lugar allí hace más de una década y aún pueden presenciarse secuelas, como el edificio del Ministerio de Defensa, muy cerca del Parlamento, bombardeado por la OTAN y todavía abandonado. Sin embargo la ciudad a recobrado el pulso. Como siempre, quise visitar el Museo de Arte Contemporáneo, pero estaba cerrado por remodelación. Sin embargo en el corazón de la ciudad, justo en la vía comercial por antonomasia, se encuentra la facultad de Bellas Artes, en un antiguo edificio modernista que en su planta baja tiene una enorme sala de exposiciones con vistas a la calle.

Os voy a adjuntar algunas obras que me llamaron la atención allí, hoy ilustraciones de carácter político. Porque pocas veces en el blog nos hemos referido al arte como una forma de crítica o sátira de la realidad humana que vivimos, pero es una de sus facetas más destacadas. La imagen sirvió a los poderosos para ensalzar su poder y majestad, sus victorias y su gloria, pero también a los lúcidos para mostrar sus debilidades, vilezas y falsedades.

De todos los trabajos que se exponían de Predrag Coracs he seleccionado cuatro. Son obras llenas de ironía y humor que nade de una certera visión de la hipocresía y debilidad humanas. Por ejemplo, la del sacerdote ortodoxo que parece anunciar calamidades pintando el arco iris de funesto negro, como su hábito. O el político que ha renunciado a todos sus ideales para adorar al único Dios verdadero, el dinero. En la tercera ilustración el Santo Patrón de Serbia aparece en un icono tapándose los ojos para no ver como el Gran Patriarca condecora a algún impresentable de gran relevancia política. Por último, un militar que no puede dormir porque aunque ha empujado todos sus crímenes a lo más profundo de su conciencia, los cadáveres enterrados siguen incomodándole el sueño. Y después de este repaso a la actualidad serbia uno se da cuenta de que pese a la distancia que media entre los Balcanes y nosotros, diferente idioma, cultura, costumbres, religión, incluso alfabeto, en el fondo todos somos igual de limitados, a menudo mezquinos. Tal vez esa capacidad de ver la realidad desnuda y creer en la posibilidad de una sociedad mejor es lo que nos hermana.








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