viernes, 20 de enero de 2017

+ Una exposición de cine +

Este verano tuve una experiencia sorprendente con una exposición de pintura. En el museo Arken de Copenhague se podía contemplar una retrospectiva de Gerda Wegener y su marido. Seguramente sabéis que el año pasado figuraba en cartelera una película sobre su vida titulada “la chica danesa”. La noche anterior a la visita estuvimos visionando la cinta que cuenta su drama vital, la relación pictórica y anímica de Gerda y Einar, que fue el primer hombre al que se le practicó un cambio de sexo y sobrevivió (a la primera operación, pues más adelante buscó un implante de útero que le llevó a la muerte).

Paseamos por la muestra como si fueramos viejos amigos de la pintora: “Ah! Sí, eso lo hizo antes de la operación. Y eso en París. Y esta es la pose famosa de aquel encargo. Y aquel cuadro vino después de la separación….“. Y todo aquello que habíamos visto y nos había emocionado la noche antes se volvía físico, matérico, real. Había una complicidad tal con las obras y los dos artistas, que sólo la podría haber tenido con un hermano o un amigo muy íntimo, del que conoces sus secretos y anécdotas, su vida.

El museo también era consciente de ese hecho, y por eso en el auditorio del piso inferior ofrecía gratuitamente la posibilidad de visionar el film. Menos mal que nosotros lo vimos el día antes, porque en casa seleccionamos los subtítulos en castellano.












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