viernes, 12 de octubre de 2018

+ Libros veraniegos II +


Sigo relatando los libros que he adquirido este verano para la biblioteca del taller. Aquí van tres más:

“Drawing masterclass”. Guy Noble. Ed. Prestel, 2017.
Durante años las editoriales de libros didácticos, para aprender a dibujar o pintar, contrataban a un profesor de una facultad de Bellas Artes, que ilustraba los textos que escribía él mismo o un colaborador. Habiendo cursado en una facultad de Arte y conociendo el percal, comprendo el nivel artístico de esas publicaciones. Siempre había pensado que los grandes artistas de la historia habían dejado montones de dibujos y pinturas sobre las que investigar ¿Por qué no aprender de ellos? ¡Son los mejores maestros! Por fin las editoriales comparten mi opinión y los libros de aprendizaje empiezan a llenarse de obras de los grandes artistas que en el mundo han sido. Obras la mayoría de las veces desconocidas porque, o bien no se exponen al público, o bien se muestran en museos que están demasiado lejos de nuestro lugar de residencia.




“Lea este libro si quiere hacer buenos dibujos”. Selwyn Leamy. Ed. Blume, 2017.
Un título horrible para un libro hermano del anterior. Todas las aportaciones del autor se hacen a partir de dibujos de grandes artistas. Pero, a diferencia del anterior, donde aparecían dibujos de todas las épocas, en este los autores pertenecen al siglo pasado.




“El arte de la lectura; libros y lectores en el arte de Pompeya a nuestros días”. David Trigg. Ed. Phaidon, 2018.
Este libro es un capricho. Grueso, bien grueso, mas de 350 páginas. Pero chiquitín como un juguete. Seguramente la razón de su formato es evitar el encarecimiento, porque el papel es excelente, y las ilustraciones a todo color (una por página). Eso sí, precisas de unas buenas gafas para ver las obras con detalle. Todo son pinturas de la historia que hacen referencia a los libros. Gente leyendo, escribiendo, rodeándose de libros, sentándose sobre ellos, libros, libros, libros.




Una ilustración me llamó especialmente la atención, en la página 106: “La extracción de la piedra de la locura”, de El Bosco. Realizado entre 1501 y 1505, óleo sobre tabla de roble, se expone en el Museo del Prado. Reza el texto explicativo: “Una monja con un libro sobre la cabeza observa impasible cómo practican una intervención quirúrgica al aire libre a un campesino de edad avanzada… la mujer podría ser una “bibliómana”, una figura objeto de burla que pese a valorar los libros ignora su contenido. La inclusión de este personaje evoca la tendencia de la época a coleccionar libros como meros objetos físicos. El Bosco sugiere así que la mujer tiene las mismas posibilidades de imbuirse de la sabiduría del libro que lleva en la cabeza como el campesino de que le cure el matasanos.” Y me pregunté, ¿seré yo igual que la monja? Porque, de los seis libros que compré, ¡Solo he leído completamente uno!



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