viernes, 13 de diciembre de 2013

+ La piel como lienzo +

No podemos imaginar cómo el tatuaje a revalorizado la profesión de dibujante en nuestros días. Pensé que era una moda juvenil hasta que una amiga se hizo uno en la muñeca. No ha sido pasión de adolescente pues ella ya pateó los treinta. Estaba feliz con la tortuga surcando los mares que luce ahora en la piel. El tema puede parecer trivial pero para ella es un símbolo de sí misma, lleno de matices y sugerencias. Es un dibujo simplificado, en rojo y negro; en su piel luce sensual, hermoso. Y al estar en la parte inferior apenas podemos verlo si ella no nos hace caer en la cuenta, cual pulsera o amuleto sobre el cuerpo.

Yo no llevo tatuajes. Pienso que hay que estar muy enamorado de una imagen para aceptarla como compañera de viaje para el resto de la vida, pero respeto a aquellos que utilizan su propio cuerpo como lienzo. Puesto que nosotros no somos tribus del África y no neceistamos marcar nuestra pertenencia a un grupo, o la virilidad, o la entrada en la madurez, considero que un tatuaje debería resaltar la belleza del físico que lo lleva. No veo tan adecuado tatuarse algo como recuerdo: mis padres, mi pareja, mi afición, mi equipo, etc. Los que hemos pasado bien los cuarenta sabemos que hay tantas pasiones efímeras que no vale la pena llevarlas esculpidas en la piel. Si pienso en las cosas que me obsesionaron cuando tenía quince, veinte, treinta años, ¡cómo he cambiado! Hubiera sido duro llevar un recuerdo de aquellas historias que ahora veo tan lejanas permanentemente encima de mí. Al salir de la ducha y mirarme al espejo estaría recordando lo que creí eran amores y se tornaron desengaños. No, el tatuaje, significados aparte, debería dignificar el cuerpo, hacerlo más atractivo, si es eso posible.

Generalmente vemos tatuajes figurativos, como el que he descrito que se hizo mi amiga. También es común encontrar diseños tribales, celtas, tipografía oriental, etc. Sin embargo, imágenes puramente abstractas no suelen verse. En Berlín hay un artista del tatuaje que utiliza la linea pura como base de la imagen. Se llama Chaim Machley y su trabajo minimalista en negro le ha granjeado fama en este trabajo hasta el punto que sólo acepta clientes a través de cita previa y con lista de espera. Todas las imágenes que adjunto las he tomado de su web: DotsToLines.com

Chaim recoge muchas de las ideas que os repito una y otra vez en el taller. Modula la linea de muy gruesa a fina y sutil para que el contraste tonal suene con una intensidad específica. Las curvas se adaptan al cuerpo para realzarlo o simplemente juegan caprichosamente sobre la piel. El diseño, más que un dibujo, se asemeja una melodía musical. Serpenteando desde los hombros o la espalda invita a nuestro dedo a recorrer el trazo, a deslizarse cariñosamente sobre el torso tatuado como si buscara el origen de su sensualidad.









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