Vamos a continuar nuestro breve recorrido por el arte moderno bajo tierra hablando de Estocolmo. En 1941 se inició la construcción de su larga red subterránea, que también consta de estaciones en superficie. Parece que los constructores quisieron hacer frente a sus largas y oscuras jornadas invernales pues muchas estaciones son una fiesta para los sentidos, nos transportan a un mundo mágico lleno de color. En el diseño del suburbano ha habido desde el principio una intención de reflejar el arte en boga en ese momento y así moverse por el metro de Estocolmo se convierte en un viaje a través de la historia del arte contemporáneo, desde las corrientes artísticas de moda en los años 50 del pasado siglo hasta los experimentos del arte actual. Podemos encontrar esculturas, mosaicos, pinturas, instalaciones, grabados, relieves… de más de 150 artistas.
En algunos de los interiores cavernosos se ha dejado expuesta la roca madre y también se han tallado estatuas sobre ella. La estación Kungsträdgården parece una excavación arqueológica, con restos del viejo palacio Stockholm Makalös a la vista. En la Östermalmstorg la artista Siri Derkert hace un alegato de los derechos de la mujer. Y, para el viajero con tiempo suficiente, también son muy recomendables las siguientes estaciones: (línea azul) Kungsträdgården, T-centralen, Rådhuset, Solna Centrum, Tensta; (linea verde) Hötorget, Thorildsplan, Bagarmossen; (linea roja) Tekniska Högskolan, Stadion.
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