viernes, 7 de junio de 2013

+ ¿Espacio real o virtual?

Es una característica del arte moderno el hecho de reflexionar sobre sí mismo: qué sentido tiene, de dónde nace su valor, cuál es su lugar en el entramado cultural… Estas reflexiones, aunque interesantes, a menudo llegan a ser cansinas. Es como mirarse al ombligo y finalizar hablando de las pelusas que se forman en él. La erudición acaba trivializando el tema sobre el que elucubra. Los pintores, no sólo los críticos de arte, forman parte activa de esta madeja conceptual. De ahí que se haga a menudo referencia a pintores clásicos en las obras que se crean, ya sea para darle valor a las últimas o bien para ridiculizar a los primeros, a modo de protesta “d’enfant terrible”.

Sin embargo, también hay trabajos inteligentes que aúnan un resultado estético de calidad con un discurso conceptual trabajado y sugerente sobre lo que es el hecho de pintar y la elaboración de imágenes como parte esencial del ser humano. Por ejemplo, la artista Alexa Meade, creadora de instalaciones afincada en Washington. Su praxis se centra en analizar la relación entre espectador y espacio artístico.

Cuando nos paramos a contemplar una obra observamos un espacio virtual, generalmente bidimensional, en el que hay personajes, objetos, creaciones abstractas… El mundo del observador y lo pintado están en dos planos diferentes. Pero Meade rompe esta separación. Para ello aplica pinturas acrílicas sobre personas reales, que luego sitúa en construcciones de tipo arquitectónico pintadas de forma similar para que todo armonice en el tratamiento superficial. En lugar de crear cuadros que representan la realidad en un lienzo plano, elabora sus pinturas figurativas directamente sobre los temas físicos a los que hace referencia. Son estructuras efímeras, que luego fotografía. Los temas están tratados con tanta profesionalidad que las instantáneas son aparentemente pinturas bidimensionales de gran calidad y riqueza expresiva. Sólo cuando se ven las instalaciones desde fuera se descubre con sorpresa el montaje. Las imágenes de los modelos pintados viajando en metro o hablando con personajes reales son sorprendentes. Como explica ella misma: “Una vez fotografiados, la gente que vive y respira debajo de la pintura desaparece, eclipsada por las máscaras de sí mismos”.

Podéis ver más información de esta interesante artista en los siguientes enlaces:









No hay comentarios:

Publicar un comentario