jueves, 28 de junio de 2018

+ ¡Buen camino! +


Este año tardó en venir, pero al final ha llegado el calor veraniego. Y ya se sabe que cuando llegan los sofocos, nuestra querida musa de la pintura, la que preside el patio que ilumina el taller, coge las de Villadiego.

El otro día hablando con ella le conté que este verano voy a iniciar el Camino del Norte, que va hasta Santiago de Compostela junto a la costa. Empieza en Irún, no en Roncesvalles, y sigue junto al mar hasta bien entrada la Península. Menos transitado que el tradicional, es mucho más abrupto, con continuas subidas y bajadas, pero se compensa con los paisajes marinos y la buena comida, que ya es famosa en esos lares. Nosotros acabaremos en Santander, no hay tiempo para más. Y ella, pícara como es, me tomó la palabra, la mochila, y metió los zapatos cómodos y el sombrero de ala ancha. También invitó a su amiga íntima, la musa de la poesía, para que le vaya amenizando las vistas con sonetos y coplas. Caminando ya debe estar, si no comiéndose unas tapas a nuestra salud.

¿Y qué vamos a hacer nosotros si la creatividad se nos fue? Marcharnos también. Al Camino o a donde sea, que aquí ya no hay linea que salga recta ni color que quede atinado. Cada uno que busque la inspiración donde pueda, y atesore recuerdos de paisajes y sabores, de músicas y olores. Que todo eso es muy necesario para pintar, pues los pinceles cuentan vidas, y vidas sin cambios son cuentos conocidos, historias sabidas. El verano bochornoso pasará. Entonces apagaremos el ventilador y le daremos de nuevo la bienvenida a nuestra querida musa de la pintura, que tomará posesión del jardín que le pertenece, con sus mirlos y caracoles, sus verdes y ocres. Pero eso será seguro bien entrado septiembre, antes quedan muchos quilómetros por delante que recorrer. Feliz verano!



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