Recientemente, navegando por instagram, me quedé asombrado con la estampa de una pintura que publicó uno de los artistas a los que sigo. Se trata de David Mankin (www.david-mankin.com), pintor abstracto afincado en Cornwall, Reino Unido. Mankin tiene una gran sensibilidad a la hora de armonizar los colores, y su combinación de trazos, atmósfera y texturas siempre resulta muy cautivadora.
Este autor publicó una pintura en su página que seguía la linea lógica de sus trabajos anteriores, armonizada en azul. Pero había más imágenes en ese post. Al deslizar las instantáneas suavemente con el dedo sobre la pantalla del móvil, me quedé pasmado. No se trataba de un cuadro del autor, sino de un detalle de una barca abandonada en el campo, que fotografió durante uno de sus paseos. Un fragmento tan afín a su sobra, que nadie hubiera negado que lo había pintado él.
Me encantó el juego visual que había hecho Mankin. La naturaleza pinta abstracto en cada esquina, a cada paso, en cada rincón. Y lo pinta tan bien o mucho mejor que nosotros mismos. Sólo es necesario tener el ojo abierto al pincel de tan sabia creadora. Nuestro entorno está lleno, llenísimo de sorpresas, sólo que tal vez andamos demasiado ocupados en nuestros asuntos y problemas para verlas. El arte está en el ojo del que observa. Cuando realmente abre su mirada a lo que le rodea, lo reconoce enseguida.
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