viernes, 30 de octubre de 2020

+ La educación lo es todo +

He estado estos días revisando el catálogo de la exposición de la Fundación March de marzo de 2019 “El juego del arte, pedagogías del diseño”. Ya os hablé de esto en su día pero cuando vuelvo a tener el catálogo en mis manos, me quedo atónito con su contenido. Porque muchos de los hallazgos o reflexiones de las vanguardias del siglo XX ya estaban en forma germinal en los manuales y libros escolares de dibujo del siglo XIX. Nunca valoraremos suficientemente el poder que tiene la enseñanza en la mente del aprendiz. La metodología plástica sufrió una revolución que alumbró una nueva generación de artistas ¿Quién tiene el mérito del cambio? Desde luego, los artistas, de quienes conocemos su nombre y apellidos, que consiguieron llevarla a cabo. Pero también sus desconocidos profesores, que supieron ponerse al día y cambiar el enfoque. Igualmente los que idearon y editaron los manuales que ellos utilizaron. Todos anónimos, pero cuán importantes.

No puedo sustraerme de anotar a continuación una cita del catálogo:

 “Las páginas de este “scrapbook” o libro de recortes de origen inglés (c. 1885) anticipan unos procedimientos y una iconografía que recuerdan sorprendentemente a los empleados más tarde por las primeras vanguardias. Estas coincidencias hacen pensar que el germen de la ruptura plástica es fruto de un complejo sedimento que ya estaba en lo cotidiano. Los evidentes y reiterados paralelismos visuales entre muchas de las producciones de las primeras  vanguardias y todas y casa una de estas páginas otorgan a este documento la naturaleza de “eslabón perdido”, testimonio de un “paisaje doméstico”, configurado por muchos factores, que la vanguardia tomará como vehículo para sus propias reflexiones plásticas.”









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