viernes, 6 de diciembre de 2013

+ Mujer en la bañera (III) +

No nos vamos a engañar pensando que porque un artista haya tratado un tema desde un punto de vista personal, este enfoque ya no debe volver a recogerse. Los planteamientos se repiten una y otra vez y lo que fue nuevo ayer pasa a ser habitual y familiar. Incluso os diría que conviene copiar las propuestas de otros. Ayer veía una conferencia del comunicador y empresario Emilio Duró a través de youtube en que recomendaba insistentemente: "copiar, copiar, copiar, es el secreto del éxito". Ojalá todos los seres humanos que poblamos este planeta generásemos nuevas y originales ideas cada día. Pero como este no es el caso, nos inspiramos unos en otros. Aunque tomemos el enfoque de otro artista como punto de partida, el resultado final nunca será el mismo. Todos tenemos nuestro carácter, forma de trabajar, personalidad, y estos factores se reflejarán en la obra.

Desconozco si el fotógrafo Javier Campuzano es admirador de la obra de Bonnard. Este artista mejicano ha trabajado disparando en eventos deportivos y para reportajes de moda y publicidad. Aquí os muestro imágenes de su vertiente más artística. La mujer aparece de nuevo en la bañera, pero el resultado es diferente, posiblemente más actual. Porque la figura de Bonnard simplemente disfrutaba de su momento de relax y descanso, pero estas instantáneas no desprenden tanto sosiego como inquietud. El componente erótico es innegable pero se ha añadido un aspecto siniestro del que carecían los cuadros del pintor Nabi. Esta sociedad en la que vivimos goza en lo macabro y oscuro. Posiblemente porque la realidad edulcorada de los anuncios y las películas con final feliz no engaña a nuestro subconsciente. Deseamos la vida de color de rosa que nos vende a cada paso la publicidad, pero lo cierto es que viene teñida de gris. Luchamos a diario por poseer retazos de felicidad pero el fondo se nos escurre. Tal vez de ahí el regusto por lo amargo, macabro y decadente que está presente en el arte actual. No por ello tienen estas fotografías menos calidad. Al contrario, las instantáneas de Campuzano están llenas de intensidad. Juega, en las antípodas de Bonnard, con la utilización exclusiva del blanco y negro en el fondo para resaltar los suaves tonos pastel de la piel de la modelo. La bañera se ha convertido en ataúd y el agua más bien podría ser formol, que conserva la belleza de una figura que se despidió en el momento más lleno de vitalidad y atractivo. Es la bella durmiente sin beso, mujer del siglo XXI.







No hay comentarios:

Publicar un comentario