viernes, 27 de junio de 2014

+ La mar de inspiración +

Viendo venir los sudores de nuestra querida musa y compañera, saqué todos los ventiladores ya hace más de quince días. Pero no ha bastado. La inventiva nos ha dejado por otros lugares más frescos. Porque todos los que venís al estudio sabéis de sobra cómo le tenemos que agradecer a nuestra musa del jardín todo el color que sale por la puerta del taller. Y no sólo el color, el blanco y el negro y el trazo y el detalle, la precisión y la soltura, la veladura sutil, el empaste apropiado y, en fin, el acierto, la genialidad y la satisfacción. Ella, desde el patio, nos preside y no permite al borrón pisar el umbral, ni que el desánimo se cuele por la puerta. Mantiene a raya las rayas para que no se conviertan en rayajos y las líneas nunca pierden su desenvoltura y su fineza; los colores no se embarran porque ella no se lo consiente y la inspiración fluye en nuestra mente y nuestras manos cada día, a cada trazo.

Pero se fue. Me envió una instantánea de su nuevo hogar. Rodeada de mar y rocas deja que los veleros la paseen al atardecer, cuando el sol ya no puede estropear su metálica piel. Habla con los peces y los cangrejos, pero no con las sirenas, que envidian su porte erguido y su perfil griego. Algún marinero ya la ha cortejado y migajas de inspiración han brotado de sus manos. Allí debemos llevar nuestros pinceles, lápices y papeles. El taller la echará de menos, pero sabemos que cuando pase la canícula volverá con nosotros, llena de ideas, llena de historias. Aquí la estaremos esperando.





- Semana 40 - Mercè A.


- Semana 40 - Pep


- Semana 40 - Sebastiana


- Semana 40 - Silvana


- Semana 40 - Sonia


- Semana 40 - Tutes


- Semana 40 - Victoria


- Semana 40 - Ángeles


- Semana 40 - Bel


- Semana 40 - Clara


- Semana 40 - Coloma C.


- Semana 40 - Coloma M.


- Semana 40 - Eva


- Semana 40 - Flor


- Semana 40 - Francesc


- Semana 40 - Gloria


- Semana 40 - Isabel


- Semana 40 - Maike


viernes, 20 de junio de 2014

+ Carbón sobre el muro +

Cuando hablamos de carboncillo lo primero que se nos viene a la memoria son los ejercicios clásicos representando esculturas de yeso o modelo humano posando. Con tanto uso y abuso del carbón para los primeros ejercicios de las academias, esta técnica se ha convertido en sinónimo de aburrimiento. Recuerdo cuando me preparaba para el examen de ingreso de la Facultad. Asistí durante un curso entero a una escuela que entrenaba para la prueba pues la competencia era feroz, había muchas solicitudes en la Universidad de Madrid y pocas plazas a repartir. El ejercicio de carbón era crucial. Empecé en septiembre muy ilusionado en el taller pero cuando llegó febrero ya estaba hasta las narices de representar estatuas de escayola semana tras semana y le pedía al profesor que por favor me dejara probar con pastel o al menos pasar al grafito para variar. "¡De ningún modo!" me decía siempre, "estás aquí porque quieres aprobar el examen". Tengo que agradecerle su insistencia pues efectivamente superé la prueba y además adquirí un importante bagaje de técnica que necesitaría para los estudios. Pero le hice la cruz a las dichosas barritas negro azabache y todo lo que significaban de tedio y repetición.

Ninguna técnica es en sí misma clásica o moderna, aburrida o placentera. Se trata más bien del enfoque que se le da. Ahí tenemos a Jorge Rodríguez Guerada y sus rostros a carboncillo. Él ha sustituido el odiado y caro papel Ingres (obligatorio para la prueba de ingreso) por otro material mucho más sugerente: la pared. Sus trabajos están elaborados sobre fondos de muros reciclados. Cualquier superficie porosa es buena para el carbón y el tabique permite una textura de base con relieves suaves, diferentes tonalidades, manchas, grietas… Sus miradas cálidas, cariñosas, acogedoras, son miradas de mujer, de madre, de hermana, de compañera. Su trabajo delicado y suave revela el placer de dibujar, nada más opuesto a una prueba de evaluación.







- Semana 39 - Andreu


- Semana 39 - Ángeles


- Semana 39 - Bel


- Semana 39 - Clara


- Semana 39 - Flor


- Semana 39 - Gloria


- Semana 39 - Irene


- Semana 39 - Julia


- Semana 39 - Llorenç


- Semana 39 - Maike


- Semana 39 - Maria Antònia


- Semana 39 - Nora


- Semana 39 - Silvana


- Semana 39 - Sonia


- Semana 39 - Tutes


- Semana 39 - Victoria


- Semana 39 - Amalia


viernes, 13 de junio de 2014

+ La calle es el museo +

Acostumbramos a ir a los museos sobre todo cuando estamos de viaje. Visitamos otro país, una ciudad desconocida, un territorio nuevo por descubrir, y estas exhibiciones son lugar obligado de parada. Largos pasillos con cuadros a cada paso. Salas bien iluminadas exhibiendo a grandes maestros según un orden cronológico preciso, señalado y anotado. A menudo deprisa y corriendo tragamos imagen tras imagen en un empacho visual que posiblemente termine en jaqueca.

Yo comparo un museo con el neceser donde mi madre guarda las joyas. Es una caja pequeña de color bermellón con muchos compartimentos. Allí se amontonan los pendientes de la pedida, los de aquel aniversario especial y los otros comprados en el viaje a Marruecos. Los anillos tienen también allí su espacio. Y los collares y pulseras en los cajoncitos inferiores. Todo apiñado porque la caja es reducida. Ella sabe lo que busca y por eso lo encuentra, nosotros sólo vemos destellos de oro y plata ¿Os imagináis que mi madre un día se pusiera encima todo lo que guarda dentro de la cajita de terciopelo? ¡Qué payasada! No, ella sabe que con el vestido gris le combinan bien los pendientes de perlas y con aquel pantalón vaquero el collar hippie y la pulsera de amatistas. Y cuando están sobre su piel o en sus manos sólo unas pocas de esas joyas, lucen como nunca lo hicieron en su cajita roja.

Los museos están llenos de tesoros pero nosotros queremos llevárnoslos puestos todos a la vez. Un disparate. Etienne Lavie también lo ha comprendido así. Esta fotógrafa ha realizado una série titulada OMG en la que con el photoshop monta obras de arte sobre soportes publicitarios para integrar cada cuadro en un entorno de París (http://etiennelavie.fr/). Muchos ven en este trabajo una crítica al abuso de los anuncios en las urbes pero yo lo leo de otro modo. La ciudad se ha vestido sus joyas pero no de golpe, sino poco a poco, para que podamos disfrutarlas. Y sus montajes son de una poesía exquisita. Cada cuadro ha encontrado su lugar adecuado e interactúa con el público que vive ahí. La imagen en que el caballero saliendo del metro gira el rostro para saborear el desnudo de la odalisca es genial. Quién pudiera sacar a los maestros de sus joyeros y contemplarlos a sorbos, allí en la propia calle, en nuestro mismo barrio.







- Semana 38 - Miriam


- Semana 38 - Montse


- Semana 38 - Nora


- Semana 38 - Sebastiana


- Semana 38 - Silvana