viernes, 28 de octubre de 2016

+ La brecha +

Recientemente he visitado la exposición que se encuentra en la Galería Abba Art de Palma, titulada “La brecha, arquitecturas del todo y de la nada”. Su autora, Mercedes Laguens, es profesora de la “Universitat de les Illes Balears” donde imparte docencia de Educación Artística. Laguens se licenció en Bellas Artes por la "Universitat de Sant Jordi" de Barcelona y ha expuesto en numerosas ocasiones tanto en España como en el extranjero. Su obra está presente en colecciones como la del Museo Reina Sofía, la Fundación La Caixa, Fundación Joan Miró, etc.

Como dice la introducción a la muestra que podéis encontrar en la web de la galería (abaart.com) “En esta exposición Laguens investiga la brecha, la escisión, la abertura por donde entra la luz, ese preciso momento en el que el material se rompe para dar paso a la luz. El trabajo explora una nueva realidad, en la que algo tiene que romper con el fin de ver con claridad. Para el artista se trata de infracciones muy prometedoras, llenas de positividad que aporta la nueva luz.”

Las obras son de gran belleza y sutileza, os recomiendo pasar a verlas si vivís por estos lares. Como se indica en el texto, la artista explora las fronteras, los límites, como una posibilidad de ir más allá, de descubrir la luz que existe detrás. Toda una proposición metafísica cargada de contenido simbólico. Recuerdo haber escuchado una interesante conferencia de un visionario americano, Gary Renard, sobre su proceso de iluminación interior. Él afirmaba que, poco antes de entrar en esta nueva dimensión del espíritu, captaba una luz en los bordes de los objetos, de las personas, de las figuras. Era la premonición de que esa intensidad iba a acabar rompiendo los moldes que percibían sus ojos. Me pareció una metáfora estupenda para referir el salto hacia una dimensión de conciencia más profunda, más esencial, ver lo trascendente colándose por las rendijas.










- Semana 06 - Magdalena


- Semana 06 - Maike


- Semana 06 - Marga P.


jueves, 27 de octubre de 2016

- Semana 06 - María José


- Semana 06 - Mercè A.


- Semana 06 - Natalia


- Semana 06 - Sebastiana


- Semana 06 - Silvia


- Semana 06 - Abril


- Semana 06 - Anaelle


- Semana 06 - Coloma C.


- Semana 06 - Eva


- Semana 06 - Isabel D.


- Semana 06 - Joana V.


viernes, 21 de octubre de 2016

+ Medio cuadro +

Tengo la costumbre de fijarme en los cuadros que cuelgan de los muros, allí donde voy. Es deformación profesional. Lo que tenemos colgado en la pared habla mucho de nosotros, nuestros gustos o nuestro pasado. Pero no sólo lo que cada uno tiene en su casa (o no tiene, pues en la decoración moderna los vacíos también cuentan, y el discurso visual se reduce a su mínima expresión). Cada cuadro que vemos en los restaurantes, hoteles, cafeterías, salas de fiesta, etc., se puso con una intención. Normalmente se busca transmitir un mensaje, una sensación, acorde con el lugar. Por eso en la hamburguesería ponen fotos de cowboys americanos montando reses bravas, y en la panadería hay un detalle del trenzado de la pasta de una empanada de cordero y guisantes. Un restaurante elegante muestra imágenes sofisticadas y uno tradicional fotos antiguas con solera. Este verano estuve en un hotel donde vi medio cuadro con una intención totalmente inesperada: crear más espacio.

Estaba desayunando un menú continental, consistente en pan tostado con mantequilla y mermelada, croissant, yoghurt con muesli y zumo de naranja, un huevo frito con bacon, una magdalena y una galleta de chocolate (la vida del viajero es dura, hay que tomar fuerzas cada mañana antes de enfrentar un agotador día de turista). Mientras iba saboreando las viandas dejaba pasear la vista por la decoración barroca de un hotel con pretensión de cuatro estrellas cuando sólo tenía dos. La mirada volvía una y otra vez a un misterioso cuadro con una línea en el medio ¿A quién se le ha ocurrido plantar una linea vertical sobre una arquitectura tan precisa? Me levanté para fijarme en el detalle y quedé pasmado ¡Sólo había medio cuadro! La otra mitad era virtual, reflejada en el espejo enorme que intentaba confundirnos para hacernos sentir un espacio que no había. Así, con esa triquiñuela, el engaño del espejo era mucho más real. Aunque no hubiera servido cualquier imagen para esta trampa, debía ser perfectamente simétrica para poder partirla con naturalidad. Ingenio decorativo para aparentar lo que no había a costa de nuestra inocente mirada. Confirmé después que el alimento que estaba comiendo no sufría las mismas carencias de la habitación; tenía un croissant entero y una magdalena de una pieza. Y empecé a convertirlas en una mitad con la boca mientras sonreía ante la artimaña del hotel, que quería ser de cuatro estrellas aunque sólo tenía dos.






- Semana 5 - Gloria


- Semana 5 - Isabel D.


- Semana 5 - Maria Antònia


- Semana 5 - Marga Pomar


- Semana 5 - Margalida G.


- Semana 5 - María José


- Semana 5 - Mercè A.


- Semana 5 - Silke


- Semana 5 - Silvia


- Semana 5 - Amalia


- Semana 5 - Ana


- Semana 5 - Anaelle


- Semana 5 - Coloma C.


- Semana 5 - Eva


viernes, 14 de octubre de 2016

+ Graffiti escurridizo +

Uno de los lugares que visité este verano es la región de los Highlands, en Escocia. Conocida sobre todo sus paisajes, con montañas milenarias, suaves y redondeadas por la erosión incansable de los elementos. El gris y el verde son el patrimonio de esta tierra en todos sus matices y mezclas. Territorio poco poblado, puedes recorrer kilómetros sin ver alma alguna. Uno de los lugares inevitables es la visita del lago Ness. Forma parte de una falla que recorre el norte de Escocia de mar a mar (el canal de Caledonia, navegable en todo su recorrido gracias a las múltiples esclusas). El lago Ness pertenece a una serie de lagos de Escocia que fueron formados por los glaciares durante las anteriores glaciaciones. Al volver del viaje, la pregunta más reiterada por mis amigos y conocidos era si había visto al “monstruo”.

Estando allí uno comprende la dificultad de ver el famoso reptil. Las aguas del lago son de un pardo oscuro casi negro. Eso es debido a la gran cantidad de turba que forma las cordilleras de la zona y que el agua arrastra en su ruta. Tan sombría es el agua, que a poco que metieras la mano en ella ya no la distinguías bien. A este factor hay que unir que el lago Ness es especialmente profundo, hasta 270 metros. Por eso, aunque no es el lago más grande de Escocia (tiene una longitud aproximada de 39 km), es el que contiene mayor volumen de agua. De hecho, contiene más agua dulce que todos los lagos de Inglaterra y Gales juntos.

Pero yo sí, yo vi al monstruo. No sucedió de sopetón, en una noche oscura, vagando a tientas por la ribera, guiado por la claridad de la luna. Fue a plena luz del día, y estaba pintado sobre el lateral de un carromato antiguo de madera, que yacía abandonado junto a la orilla. El tiempo y la lluvia lo habían deteriorado pero se distinguía con claridad. Gracias a su pátina envejecida se mimetizaba perfectamente  con el entorno. Enseguida pensé en vosotros y mi costumbre de documentar las obras de arte que hallo en mi camino, para poder contároslas. Tomé varias instantáneas.

Todo lo que tiene que ver con este lago es misterioso. Al revisar las fotos para poder escribir este relato… ¡Han desaparecido! Estoy desconcertado, pero no las encuentro. Llamé a un compañero de viaje que recordaba también le había hecho fotos. No las encuentra, se han esfumado. ¿Existe realmente este graffiti? No miento, yo lo he visto. Está sobre un carromato, junto a la orilla, envejecido… ¿o lo habré soñado todo?




- Semana 4 - Pilar


- Semana 4 - Mercè A.


- Semana 4 - María José


- Semana 4 - Magdalena


- Semana 4 - Isabel D.


- Semana 4 - Bel


- Semana 4 - Ana


- Semana 4 - Alejandra


viernes, 7 de octubre de 2016

+ Más paredes +

Unas cuantas imágenes más de propuestas que vi este verano y me llamaron la atención… Siempre dudamos sobre qué medidas utilizar en nuestros trabajos; el caballete del estudio tiene un límite y no es fácil lidiar con grandes tamaños. Cuando el bastidor hace más de un metro por cada lado no sólo cuesta amoldarse al taller, sino traerlo! ¿Y sin en vez de un metro por costado hiciera diez? ¿O veinte? ¡Qué burrada! Bueno, para muchos artistas callejeros eso es el pan nuestro de cada día. Imaginaos lo problemático que es plantear un trabajo de esas dimensiones y que salga proporcionado, pero querer es poder:

Esta casa no estaba en Galicia, pero está claro que les gusta el marisco.



Ahora el patchwork está de moda, y lo encontramos hasta en la ropa que llevamos ¿Y vistiendo una casa? Todo es posible.



A veces echamos de menos en nuestro barrio un lozano jardín o un rincón frondoso, y nos tenemos que conformar con los árboles que acompañan el borde de las aceras. Como esta foto es de una ciudad del norte, qué mejor que un buen invernadero para proteger tanto vergel.



Ese muro tiene los días contados, pues encierra las tripas de unas obras que por su curso pronto concluirán. Eso no es motivo para no llevar a cabo una intervención, efímera pero inteligente ¿Tal vez simboliza el ruido de las máquinas en forma de onda acústica?



Alguno pensará que como la pared del recinto anterior iba a desaparecer, quisieron hacer una intervención sencilla. Craso error. Aquí presento el muro del otro lado, con el mismo futuro que el primero. Pintar es tan placentero como hacer pompas de jabón. Al fin y al cabo todo es efímero.



Por último la fachada de un museo de Arte Contemporáneo que no pude visitar porque era lunes, y estaba cerrado. Una instalación de algún artista comprometido había forrado todo el perímetro con sacos de café. Un vestido humilde para un personaje tan distinguido.