jueves, 26 de febrero de 2015

+ Figuras en la niebla +

La semana pasada hablábamos de los retratos de un pintor neoyorkino y hoy, por contraste, volvemos a nuestro continente y nos fijaremos en las figuras de Montserrat Gudiol. Sólo por comparar sensibilidades y apreciar lo que puede suponer el peso de la historia y la tradición en nuestra forma de ver la vida y el modo de expresarnos. Esta artista catalana nace en Barcelona en 1933. Hija del arquitecto e historiador del arte Josep Gudiol, aprendió la técnica de forma autodidacta en el estudio de restauración de pintura medieval de su familia. En su trabajo la figura humana es siempre protagonista y percibimos influencias que van desde Giotto y el trecento italiano hasta el surrealismo y muy especialmente de Picasso en sus épocas azul y rosa. En 1981 fue la primera mujer que ingresó en la Real Academia Catalana de Bellas Artes y en 1998 recibió la Cruz de Sant Jordi que otorga la Generalitat de Cataluña.

Las personas que Gudiol retrata revelan emociones intensas como ansiedad, ternura, soledad, afecto, desamparo, enmarcadas en profundos silencios, misteriosos e inquietantes. Los pigmentos puros y la paleta reducida amplifican la expresión de las figuras, que por momentos se funden con el ambiente que las rodea. La precisión del dibujo juega con las veladuras del óleo que difuminan los perfiles. Elegancia, maestría, amor por el oficio y conciencia de la profundidad del alma humana podrían resumir la esencia de la mejor tradición europea que Gudiol refleja en sus cuadros.









- Semana 22 - Elena


- Semana 22 - Elisabet C.


- Semana 22 - Elisabet S.


- Semana 22 - Llorenç


- Semana 22 - Magdalena


- Semana 22 - Maria Antònia G.


- Semana 22 - Mercè A.


- Semana 22 - Mercedes L.


- Semana 22 - Ángel


- Semana 22 - Ángeles


- Semana 22 - Carmen


- Semana 22 - Cati


viernes, 20 de febrero de 2015

+ Más allá del límite +

Estaba el otro día fisgoneando por la web y acabé en la página de un pintor americano llamado Daniel John Gadd (jagmodernart.com/daniel-john-gadd). Este joven artista nació el 1986 en Nueva Jersey, donde vive. Los que nos reíamos viendo la serie "Big Bang Theory" sabemos que es un barrio junto a Manhattan, al otro lado del río Hudson, donde nació Leonard y del que todos bromean como si vivir allí fuera igual que en Son Gotleu, salvando las distancias. Supongo que será un tópico más sobre el que bromear. Lo cierto es que si revisáis el currículum, toda su carrera artística la ha desarrollado en la Gran Manzana.

Sin intención de frivolizar, puede afirmarse que los americanos tienen una forma de dedicarse al arte mucho menos ortodoxa que los europeos. Nosotros llevamos a cuestas siglos de arte, con sus modas, juicios y opiniones que nos influyen y pesan sobre nuestro subconsciente. Al otro lado del océano todo es más gamberro y también más fresco. Así por ejemplo, saltando a la música, quién podría imaginar que un parisino inventara el rap, ¿por ejemplo? Y en pintura se nota sólo viendo los colores utilizados, que suelen ser mucho más ácidos y estridentes. Claro está que todas las generalizaciones son falsas, pero ¿podéis imaginar a un berlinés iniciando el arte pop? De hecho, recuerdo que visité una exposición de Mondrian, ese pintor holandés obsesionado con la linea y la configuración cuadrangular, que después de años de pintar según su peculiar concepción, viajó a Nueva York. La ciudad le impactó tanto que modificó su metodología y comenzó a ser más libre y suelto tanto en las estructuras como en el color; fue poco antes de morir.

Bueno, me he ido por los cerros de Úbeda. Porque lo que me llamó la atención de Gadd es su forma de empastar. A muchos de vosotros os gusta realizar retratos. Pero a menudo después de un excelente dibujo viene una pintura dura y rígida. No es el caso de este autor de Nueva Jersey. Él se siente libre de trabajar capa sobre capa. No tiene miedo de destruir la imagen para recuperarla después. De este modo los rostros se convierten en cosntelaciones y las figuras parecen salidas de unos fuegos artificiales. Al final recompone la obra, silencia ciertos espacios para que no abrumen, tranquiliza los ambientes que rodean al cuerpo, de tal modo que incluso puede reconocerse el parecido con el modelo. Hay que perder el miedo al borde, a la frontera, al límite, al menos al comienzo. Todo puede rehacerse. Y es una enseñanza que hay que asimilar tanto en la pintura como en la vida.








- Semana 21 - Cati


- Semana 21 - Claudia




- Semana 21 - Elisabet C.


- Semana 21 - Gloria


- Semana 21 - Irene


- Semana 21 - Maike


- Semana 21 - Maria Antònia B.


- Semana 21 - Mercè A.


- Semana 21 - Titi


- Semana 21 - Tutes


- Semana 21 - Victòria


- Semana 21 - Ángel


viernes, 13 de febrero de 2015

+ Arte en el Metro. Nostalgia +

Después de estas semanas hablando del metro me vino a la memoria los años en que yo estudiaba en Madrid. En aquella época vivía en el barrio de Vallecas y la linea 1 tenía tres paradas allí: Puente Vallecas, Nueva Numancia y Portazgo, que era final de trayecto y donde me bajaba habitualmente. Os hablo de hace más de 20 años, ahora la linea tiene muchas más estaciones, cruza todo el barrio hacia abajo y acaba pasando por debajo de la M40 para seguir hacia el sur. Me gustaba vivir en este barrio, a pesar de la mala fama que pudiera tener fuera de la capital. Estaba bastante cerca del centro, a un momento de Atocha y del Paseo del Prado y la gente era muy acogedora. Los que tenían más de 40 cuando yo vivía allí no eran de Madrid, sino de algún pueblo de cualquier parte de la geografía peninsular. Todos eran emigrantes venidos a buscar trabajo. Las casas eran sencillas, la mayoría forradas de ladrillo rojo pulido al igual que el interior de las estaciones de metro, un revestimiento barato pero duradero.

La penúltima estación, Nueva Numancia, tenía a lo largo del andén una serie de retratos de personas protegidos tras un cristal y cada uno con su luz y todo. Quedaba claro que el pintor había querido reflejar la gente que viajaba en esa linea. El aspecto de las imágenes pintadas era más bien rural: hombres curtidos por el sol, mujeres con montones de horas de trabajo a sus espaldas, arrugados ancianos, pero las caras transmitían dignidad. Además, la paleta de colores era muy reducida, todos pintados con blancos, ocres y negros. Cuántas veces pasé por delante de esos rostros, eran ya viejos conocidos. Sin embargo nunca sentí curiosidad por saber del autor de las pinturas.

Esta semana, con tanto arte suburbano expuesto en el blog, quise rendir homenaje a este pionero del metro que con tanta antelación ya vio las posibilidades expositivas de los andenes. Pero en la web no aparecía por ningún sitio su nombre. Cambié muchas veces los términos de búsqueda en google, miré página tras página de resultados, pero nada. Estuve a punto de llamar al metro de Madrid para pedir información. Al final descubrí el misterio: los cuadros ya no están allí. Las estaciones de Vallecas se remodelaron, sustituyendo el noble adoquín de barro rojo por unas baldosas barnizadas color butano y con los adoquines se fueron los cuadros; desde el 2006 ya no se exhiben (se habían instalado en 1986). Tal vez porque no eran políticamente correctos: no mostraban caras risueñas y felices como las de los anuncios publicitarios. O porque la gente ya no se sentía reflejada en ellos. Pues es cierto que al transitar por el metro después de tantos años veo cómo ha cambiado la población allí. Los viajeros ya no han nacido en Alpedrete o Valdecañas, ahora su patria natal es Marruecos, Bolivia o Perú. Y los hijos de los que emigraron ya no tienen los rostros de sus padres, son gente a la moda, el sol sólo se refleja en sus rostros cuando viajan a Ibiza o Benidorm.

Al final ¡hasta encontré una foto de la estación tal como era antes! Os la adjunto. Y una web que habla del autor de los retratos, un personaje de lo más curioso: John Howe. Inglés, nacido en Londres en 1934, al casarse con una española, Pilar León, se mudó a España a los 29 años y aquí pasó toda su vida, en Rivas Vaciamadrid. Podéis leer más información sobre él en: "https://sites.google.com/site/johnhowepaintings/''. No pude encontrar fotos de los retratos que había en el metro, pero sí otras similares de este autor, que os añado más abajo. Y al recordar mis idas y venidas por Vallecas, los retratos de Howe, los cursos en la universidad, la gente, sentí nostalgia de esos años en que la vida era como un juego y había infinitas puertas por abrir…






- Semana 20 - Nuria


- Semana 20 - Titi


- Semana 20 - Tutes


- Semana 20 - Victòria


- Semana 20 - Ángel


- Semana 20 - Ángeles


- Semana 20 - Coloma


- Semana 20 - Elisabet C.