viernes, 13 de febrero de 2015

+ Arte en el Metro. Nostalgia +

Después de estas semanas hablando del metro me vino a la memoria los años en que yo estudiaba en Madrid. En aquella época vivía en el barrio de Vallecas y la linea 1 tenía tres paradas allí: Puente Vallecas, Nueva Numancia y Portazgo, que era final de trayecto y donde me bajaba habitualmente. Os hablo de hace más de 20 años, ahora la linea tiene muchas más estaciones, cruza todo el barrio hacia abajo y acaba pasando por debajo de la M40 para seguir hacia el sur. Me gustaba vivir en este barrio, a pesar de la mala fama que pudiera tener fuera de la capital. Estaba bastante cerca del centro, a un momento de Atocha y del Paseo del Prado y la gente era muy acogedora. Los que tenían más de 40 cuando yo vivía allí no eran de Madrid, sino de algún pueblo de cualquier parte de la geografía peninsular. Todos eran emigrantes venidos a buscar trabajo. Las casas eran sencillas, la mayoría forradas de ladrillo rojo pulido al igual que el interior de las estaciones de metro, un revestimiento barato pero duradero.

La penúltima estación, Nueva Numancia, tenía a lo largo del andén una serie de retratos de personas protegidos tras un cristal y cada uno con su luz y todo. Quedaba claro que el pintor había querido reflejar la gente que viajaba en esa linea. El aspecto de las imágenes pintadas era más bien rural: hombres curtidos por el sol, mujeres con montones de horas de trabajo a sus espaldas, arrugados ancianos, pero las caras transmitían dignidad. Además, la paleta de colores era muy reducida, todos pintados con blancos, ocres y negros. Cuántas veces pasé por delante de esos rostros, eran ya viejos conocidos. Sin embargo nunca sentí curiosidad por saber del autor de las pinturas.

Esta semana, con tanto arte suburbano expuesto en el blog, quise rendir homenaje a este pionero del metro que con tanta antelación ya vio las posibilidades expositivas de los andenes. Pero en la web no aparecía por ningún sitio su nombre. Cambié muchas veces los términos de búsqueda en google, miré página tras página de resultados, pero nada. Estuve a punto de llamar al metro de Madrid para pedir información. Al final descubrí el misterio: los cuadros ya no están allí. Las estaciones de Vallecas se remodelaron, sustituyendo el noble adoquín de barro rojo por unas baldosas barnizadas color butano y con los adoquines se fueron los cuadros; desde el 2006 ya no se exhiben (se habían instalado en 1986). Tal vez porque no eran políticamente correctos: no mostraban caras risueñas y felices como las de los anuncios publicitarios. O porque la gente ya no se sentía reflejada en ellos. Pues es cierto que al transitar por el metro después de tantos años veo cómo ha cambiado la población allí. Los viajeros ya no han nacido en Alpedrete o Valdecañas, ahora su patria natal es Marruecos, Bolivia o Perú. Y los hijos de los que emigraron ya no tienen los rostros de sus padres, son gente a la moda, el sol sólo se refleja en sus rostros cuando viajan a Ibiza o Benidorm.

Al final ¡hasta encontré una foto de la estación tal como era antes! Os la adjunto. Y una web que habla del autor de los retratos, un personaje de lo más curioso: John Howe. Inglés, nacido en Londres en 1934, al casarse con una española, Pilar León, se mudó a España a los 29 años y aquí pasó toda su vida, en Rivas Vaciamadrid. Podéis leer más información sobre él en: "https://sites.google.com/site/johnhowepaintings/''. No pude encontrar fotos de los retratos que había en el metro, pero sí otras similares de este autor, que os añado más abajo. Y al recordar mis idas y venidas por Vallecas, los retratos de Howe, los cursos en la universidad, la gente, sentí nostalgia de esos años en que la vida era como un juego y había infinitas puertas por abrir…






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