jueves, 27 de febrero de 2014

+ Art Madrid +

Cada año viajo a Madrid con la excusa de las ferias de arte. Se pueden ver muchas propuestas interesantes en un mismo recinto y sentir el pulso de lo que se está cociendo. Pero no hay que empacharse, también hay que dedicar tiempo a pasear, tomar unas cañas, ir al teatro, relaxing cup of café con leche… Con una feria de arte por fin de semana basta, así que este año optamos por visitar Art Madrid y dejar ARCO para el próximo. La exposición tuvo lugar en el "Palacio Cibeles", emplazado frente a la fuente de la que toma el nombre, es uno de los primeros ejemplos de arquitectura modernista de la ciudad. Subiendo al octavo piso puedes encontrar un bar restaurante con unas vistas excepcionales sobre el centro de la capital. El espacio expositivo es muy luminoso porque se sitúa en unos antiguos patios traseros que han sido cubiertos por una estructura metálica acristalada que protege del frío exterior.

Os mostraré algunas de las obras que me llamaron la atención, pero hoy, para empezar, algo que no estaba en el recorrido oficial de las galerías. Se trata de DibujoMadrid (dibujomadrid.wordpress.com), asociación de artistas que recorre la ciudad documentando su entorno y acontecimientos. Más de treinta artistas reflejando en vivo lo que supone asistir a una feria. Especialmente llamativas me resultaron estas acuarelas, recortadas y resituadas sobre otro papel. La gente, el edificio, los stands, contado con unas pocas lineas de tinta y unas aguadas. Algún detalle de color resalta un elemento especial. El corte en el papel y el reformateo recuerda mucho el modo en que percibimos hoy las situaciones, a cachos, con interferencias, fruto de la sobresaturación de estímulos y del wassap. Nuestra experiencia vital se asemeja cada vez más a un videoclip musical, tres escenas por segundo y vacío de fondo.










- Semana 24 - Elisabet


- Semana 24 - Gloria


- Semana 24 - Isabel


- Semana 24 - Julia


- Semana 24 - Llorenç


- Semana 24 - Maria Antònia


- Semana 24 - Mercè A.


- Semana 24 - Mercè P.


- Semana 24 - Natalia


- Semana 24 - Sonia


- Semana 24 - Teresa M.


- Semana 24 - Àngel


- Semana 24 - Anne-Sofie


- Semana 24 - Coloma C.


- Semana 24 - Coloma M.


viernes, 21 de febrero de 2014

+ La viña +

Un último apunte de lo que vi en tierras andaluzas. En Sevilla, al entrar en el museo de la Cartuja, el funcionario me recitó las diferentes exposiciones a visitar y de pasada mencionó una dedicada a Carmen Laffón. La mayoría de vosotros conocéis a esta artista porque tengo un catálogo suyo que saco día sí y día también, cada vez que quiero explicar lo que es crear ambiente en pintura. Incluso os envío al museo Fundación March de la calle San Miguel para que veáis los paisajes suyos expuestos allí y podáis apreciar el trabajo en toda su magnitud. Cuando al entrar me dijeron que había una sala de Laffón fui directo a ver su trabajo y, después de dar mil vueltas por el laberinto de puertas, llegué al fin. Crucé el umbral y me llevé un chasco. No había ninguna vista de la capital Hispalense desde el río, o de Doñana desde Sanlúcar, o alguna naturaleza muerta llena de vida. Lo único que se exponía era ¡un humilde carboncillo! …más una instalación previa que lo acompañaba ¡Qué decepción!

Me sobrepuse al disgusto y comencé a valorar lo que había frente a mí ¿No buscaba atmósfera? Ahí la tenía, unas uvas recién vendimiadas llenas de aire y profundidad. Qué atrevido el vacío blanco ocupando todo el espacio inferior. Fruta en estado puro, recogida para ser pisada, qué sabrosa. Y pensé cuánto se puede contar con tan poco: el sudor y el esfuerzo, el sol alto y fuerte, las bromas que hacen el trabajo más llevadero, los racimos probados y amontonados, la satisfacción al llegar el fin de la jornada. Todo eso estaba escrito allí, con un sencillo carbón, ¿qué más quería?







- Semana 23 - Sebastiana


- Semana 23 - Sonia


- Semana 23 - Teresa A.


- Semana 23 - Tutes


- Semana 23 - Amalia


- Semana 23 - Ángeles


- Semana 23 - Bel


- Semana 23 - Carmen


- Semana 23 - Coloma C.


- Semana 23 - Coloma M.


- Semana 23 - Elisabet


- Semana 23 - Ferràn


- Semana 23 - Isabel


- Semana 23 - Maria


- Semana 23 - Mercè A.


- Semana 23 - Montse


viernes, 14 de febrero de 2014

+ Luz del norte +

La mayoría de veces escribo sobre pintores a los que sólo conozco a través su obra. Nuestro trabajo habla mucho de cómo somos y podemos intuir el carácter del artista viendo de qué modo usa el pincel, qué temas elige, qué colores utiliza. Hoy en cambio, voy a hablar de la persona que está detrás de cada uno de esos trazos, siguiendo el hilo de la última reflexión que hacía sobre cómo pintar paisaje. Se trata de Geirr Meisingset y para conocer sus trabajos en más profundidad podéis visitar: www.akvarell-meisingset.com.

Geirr es un noruego que hace honor a su origen vikingo. Tan alto que a menudo tiene que hacer un acto de humildad para no darse un coscorrón con el dintel de las puertas. El color de sus ojos es de un azul grisáceo como el del cielo en esas latitudes. Siempre tiene la sonrisa dibujada en los labios y su fácil palabra emplea muchas lenguas con igual soltura. Ha sobrevolado mil mares y habla de países lejanos como quien habla del salón o la cocina de su casa. Sus padres eran campesinos en Noruega y trabajaban la tierra en una granja que había pertenecido a su familia desde tiempos inmemoriales. Su ocupación de niño era principalmente el cuidado del ganado. Él cuenta historias sorprendentes, como la de cuando dormía la siesta recostado sobre el vientre de una vaca que lo había adoptado como ternero propio. Ahora vive en el corazón de Copenhague, pero sus orígenes están siempre presentes en su mirada.

No es de extrañar que la obra de Geirr se centre en el paisaje y su relación con el ser humano. La técnica que ha cultivado desde el principio y con la que se siente a gusto es la acuarela. Agua, color y agua, como la que corre a raudales en su país. En cada trabajo busca la síntesis de lo que ve. Los colores son amables, moderados, reflejan la luz del norte. La pincelada es segura, firme y no podría ser de otra manera viendo sus manos tan rotundas. Geirr quiere ir más allá del detalle y la anécdota para llegar a una nueva percepción del entorno, más profunda y esencial, pues las cosas nunca son como se ven a simple vista. Recuerdo cuando estuve en la boca de un glaciar en su compañía y pude comprobar cómo el color del hielo no es blanco. ¿Cuál es el matiz de un bloque inmenso de hielo? Tendréis que viajar a Noruega para saberlo.







- Semana 22 - Sonia


- Semana 22 - Tutes


- Semana 22 - Alejandra


- Semana 22 - Amalia