viernes, 27 de marzo de 2020

+ Encerrados con tesoros +

Bien, seguimos encerrados, pero no estamos a solas. Vivimos rodeados de tesoros. La semana pasada os hablaba de la Fira del Fang y de si la cerámica utilitaria era o no arte. No sabía argumentarlo.

En estos días de confinamiento una actividad recomendable es la lectura, y porqué no, lectura sobre arte. En uno de esos libros que he rescatado del rincón del polvo, he descubierto una cita de Renoir donde el conocido pintor francés afirma: “Hoy en día quieren explicarlo todo. Pero si pudieran explicar un cuadro éste no sería arte. Os diré cuáles creo que son las dos cualidades de una obra de arte. Debe ser indescriptible y debe ser inimitable… La obra de arte debe apoderarse de ti, envolverte, extasiarte. Es el medio con el que el artista transmite su pasión”.

Ya tengo la respuesta. Cuando tomo una de estas tazas y platos de barro hechos con tanto afán y entusiasmo, veo algo indescriptible e inimitable, precisamente porque están hechos con un montón de pasión ¿Pasión puesta en algo tan sencillo? Pues sí. Vamos a revisar el trabajo de una ceramista, ya que viene al caso. Melissa Weiss (melissaweisspottery.com) trabaja en Asheville, Carolina del Norte, EE.UU. Para elaborar estas vasijas tan especiales comienza por recoger arcilla del suelo del noroeste de Arkansas. Luego la tamiza para eliminar todas las piedrecillas que contiene. Después añade otras arcillas secas, feldespato, arena y agua; lo mezcla bien y lo deja filtrar durante varias semanas mediante sábanas. Posteriormente seca y amasa la arcilla resultante. Entonces elabora sus objetos con diferentes métodos cerámicos. A continuación les aplica un engobe blanco y los hornea a baja temperatura. Posteriormente los esmalta y los cuece a alta temperatura en un horno de reducción de gas. El hecho de haber utilizado arcilla silvestre hace que en el resultado final aparezcan pequeñas motas de hierro, pequeñas rocas y fisuras que hacen la pieza única e irrepetible pero no le quitan ni un ápice de su capacidad de ser utilitaria ¿Sería alguien capaz de pasar por todo este intrincado proceso de elaboración, si no naciera su empeño del amor y la pasión por su trabajo, y del deseo de obtener un resultado excelente y único?

Weiss, nieta de sicilianos, afirma: “La casa de mi abuela en Nueva York… estaba llena de olores, sonidos y colores, que me vienen aún hoy nítidamente a la memoria por la intensidad que poseían. Hago cerámica para seguir formando parte de estos recuerdos. Vajillas para celebrar la familia y la tradición. Objetos utilitarios rústicos, prácticos, sencillos y hermosos para seguir mereciendo un lugar en la mesa de mi abuela, en la cena de los domingos”.

Todos nosotros vivimos rodeados de cuadros que hemos pintado, comprado o nos han regalado. De esculturas, de cerámicas, de dibujos, de tesoros. Son nuestras alhajas, y su compañía hace más llevadero el confinamiento.







viernes, 20 de marzo de 2020

+ Arte en el barro +

Hace poco se ha celebrado en Mallorca la “Fira del Fang”, feria de ceramistas de la Isla donde se muestran piezas tradicionales y utilitarias junto a obras de cerámica artística. Y me preguntaréis cómo se puede distinguir una obra utilitaria de otra artística. Pues no lo sé muy bien, pues yo, que soy hijo de una ceramista, considero que las tazas y boles que ha hecho mi madre y utilizo a diario en la cocina son verdaderas obras de arte que nunca dejan de maravillarme. Por su textura, color, elegancia, sencillez, maestría, peculiaridad. Podríamos pensar que el hecho de que sean piezas para usar cotidianamente les roba importancia o valor, pero no a mis ojos. Al final, en esta sociedad son los expertos los que deciden el valor artístico (y por lo tanto monetario) de una pieza, y en mi casa el experto soy yo. Sí, son los expertos y nadie más. Recuerdo cuando murió mi padre y salió a relucir un cuadro que guardaba en la caja fuerte, heredado del bisabuelo. Valiosísimo porque un antiguo escrito, adherido a la parte trasera, certificaba que la pintura era de Goya. Al enviar una foto de la pieza a Manuela Mena, Conservadora del Museo del Prado y primera experta del país en este artista, nos contestó que sólo viendo la reproducción ya podía afirmar con total seguridad que no era del gran pintor de la corte de Carlos IV. Así, el cuadro pasó de ser una obra maestra carísima, guardada en la caja fuerte a cal y canto, a ser un cuadro de la virgen que nadie quería, porque esos cuadros religiosos ya no pegan con la decoración moderna. Sí, los expertos mandan. Y en mi casa el experto es su seguro servidor.

Bueno, hemos acabado en los cerros de Úbeda, cuando yo quería hoy hablar de cerámica. Entre los eventos de la Feria, el Ajuntament de Marratxí ha compartido con los suscritos al Museu del Fang la publicación Infocerámica de marzo. En su portada este mes destaca cuatro artistas, que os adjunto más abajo. No voy a decir nada más, que ya he hablado mucho, tendréis que juzgar vosotros. Aunque dudo que nadie encuentre un “pero” a la calidad artística de estas obras.

Kino Satoshi






José Joaquín Sánchez Espina






Helen Frik




Lena Takamori


viernes, 13 de marzo de 2020

+ Art Madrid’20 +

Los que habéis hablado conmigo del tema ya sabéis que este año me venció la gandulería y no tomé el avión para las ferias de arte de Madrid. Pero no os creáis que os ibais a quedar sin alguna que otra buena primicia. Porque nuestra compañera Magdalena sí que estuvo y ha tenido a bien compartir con nosotros algunas de las obras que más le gustaron. Así que, agradeciéndole su gesto, para los que tienen desidia de aeropuerto, pero no de blog, vamos a montar una pequeña pasarela de ArtMadrid.



Esta foto es fantástica. Porque el mismo autor que pinta es el que esculpe, y si os fijáis el animal también aparece dentro del cuadro. Es como si hubiera saltado a nuestra vera, se hubiera cosificado para poder olisquear en vivo y en directo a todo el personal que desfilaba frente a él.




El acertado minimalismo de Rosanna Casano nos acaricia la vista con unos colores terciarios, de tonos agradables y superficies suavemente texturadas.



Y como siempre es el arte, tenemos para todos los gustos. Aquí, siguiendo la misma corriente pictórica anterior, otro artista nos ofrece unos fuegos artificiales de color. Lo especial es el soporte: son placas de metal oxidadas y pintadas parcialmente.




Manolo Valdés, porqué lo voy a negar, mi favorito.



Lo chocante de esta pieza es que no está pintada, sino que son trozos de cuero superpuestos




Jordi Alcaraz, sugerentes flores plásticas; también podéis verle en la Galería Pelaires de Palma.



En esta pieza se emplean trozos de papel para crear esas superficies a modo de cortina tan sugerentes.



Y un poco de abstracto pintado, para compensar tanto collage. Vega de Seoane.



Para acabar, del montón de retratos que había, uno algo sangriento.

Seguro que os habéis quedado con el gusanillo de salir a disfrutar otras exposiciones y poder ver más arte, ahora sí, en directo. Pero mejor hacerlo más adelante, pasada esta época incierta, cuando los museos y galerías vuelvan a abrir. Mientras, lo disfrutaremos en la web.

- Semana 24 - Julia


- Semana 24 - Maike


- Semana 24 - Marisa


- Semana 24 - Nick


- Semana 24 - Pía


- Semana 24 - Rafa


- Semana 24 - Santi


- Semana 24 - Silke


- Semana 24 - Carlota


- Semana 24 - Clara


- Semana 24 - Gloria B.


- Semana 24 - Gloria M.


- Semana 24 - Greta


- Semana 24 - Isabel D.


- Semana 24 - Isabel F.


- Semana 24 - Javier


- Semana 24 - Joana B.


viernes, 6 de marzo de 2020

+Los años cruciales +

Recientemente se ha inaugurado una exposición en la Fundación March de Palma titulada “Els anys crucials (1955-1966)”. Reune una série de obras del pintor catalán Cuixart (Barcelona 1925, Palamós 2007), representativas de una época de investigación y evolución personal del artista. Contemporáneo y amigo de Tápies, fundó junto a él y otros pintores el grupo Dau al Set, uno de los más importantes movimientos artísticos de la España de los años 50. En la época que hace referencia la muestra Cuixart abandona su etapa surrealista para retomar la investigación sobre la materia y los objetos, como eco de su preocupación por la metafísica del Cosmos. Estas obras le dieron fama internacional, reconocimiento y una holgada posición económica. Pero Cuixart nunca se dejó clasificar y definir. Por eso, más tarde abandonó esta línea por agotamiento, al tener la sensación de haber llegado a un formalismo sin contenido, para ir más allá en su búsqueda y retomar la utilización de la figura humana como reflexión sobre el problema de la existencia.

De la multitud de obras de la retrospectiva, más de 70, os traigo algunas que me gustaron por sus tonos neutros y sus propuestas de textura. La elección del color en nuestro trabajo es algo difícil. Aquí, en el Mediterráneo, generalmente tenemos preferencia por la luz y la saturación de los matices. Pero grises y pardos crean también ambientes singulares y sugerentes, como estos de más abajo. La linea perfilada, rascada, trae reminiscencias de los trabajos del hombre primitivo.

El folleto explicativo de la muestra relata cómo Cuixart “…abandonó sus estudios de medicina para dedicarse durante el resto de su vida a la pintura desde el rigor científico, pero también con una inquietud y una rebeldía constantes respecto a sus propios hallazgos”. Me gusta lo de rebeldía respecto a los propios hallazgos. No es difícil rebelarse frente a los otros por el motivo que sea. Pero ser crítico con uno mismo, rebelarse contra nuestra propia rutina, es siempre una puerta hacia nuevos horizontes.