viernes, 28 de febrero de 2020

+ Cuatro ojos +

Estuve recientemente en una conferencia en el Caixaforum de Palma, a cargo del ilustrador salmantino Ricardo Cavolo. Nacido en 1982, hijo de pintor, estudió Bellas Artes en su ciudad natal. Hoy sus ilustraciones han llenado galerías y museos de todo el mundo. Ha trabajado en campañas de publicidad para marcas como Nike, Converse y Coca-Cola, además de publicar varios libros y una novela gráfica.

En la charla hizo un repaso de todo su periplo vital, sus comienzos, luchas, fracasos y éxito actual. Sobre todo para animar a los jóvenes talentos en su compromiso con el trabajo artístico. El principio de su reconocimiento le vino gracias al encargo de un cartel por parte del Cirque du Soleil, que dio la vuelta al mundo. Pero como él explicó, el blog donde publicitaba su obra, después de años de dibujar, contenía miles de ilustraciones y propuestas. Cualquiera podía ver allí su profesionalidad, personalidad definida y estilo característico.

En la librería del Caixaforum vendían varios de sus libros, ya ha publicado nueve y alguno con reediciones. Los que me conocéis sabéis que caí con mucho gusto en la tentación y dos se vinieron conmigo al taller. Os adjunto algunos detalles.

De todas las anécdotas que contó, me quedo con la explicación de porqué sus figuras tienen cuatro o más ojos. Sus padres se separaron cuando era un niño, y su madre volvió a casarse con un hombre de raza gitana. Su padrastro, como a menudo ocurría en aquellos tiempos, era analfabeto, no sabía leer ni escribir. Sin embargo, era enormemente inteligente. Un día Cavolo le preguntó cómo podía ser que él, que no podía leer, supiera tanto sobre todo, sobre las personas, sobre la vida. El padrastro le replicó que desde muy niño vivió itinerante con su padre, vendedor ambulante en ferias y mercados. Y así había visto tantas cosas que había aprendido sobre la vida, y se había convertido en una persona sabia. Cavolo relató que cuando dibujaba un personaje siempre sentía un cierto cariño hacia él, una identificación autor-obra, que le hacía anhelar que fuera sabio e inteligente como su padrastro. Por eso le otorgaba más de dos ojos, pues cuanto más se ve, más sabiduría se obtiene. Y esto es lo que desearía yo para vosotros, que viniendo al taller se os multiplicaran los ojos. Empezarais a ver cosas que antes no veíais, del arte, de vosotros mismos, de la vida, y os volvierais un poco más sabios, si eso es posible.









- Semana 22 - Maria Antònia


- Semana 22 - Mercè


- Semana 22 - Pilar


- Semana 22 - Carlota


- Semana 22 - Coloma


- Semana 22 - Emma


- Semana 22 - Gloria B.


- Semana 22 - Gloria M.


- Semana 22 - Greta


- Semana 22 - Inma


- Semana 22 - Isabel D.


- Semana 22 - Isabel F.


- Semana 22 - Joana


- Semana 22 - Julia


viernes, 21 de febrero de 2020

+ Bolígrafo en mano +

Estuvo Silvana, compañera nuestra en el taller, haciendo un curso en Andalucía con el pintor Fernando Herrera (arteherrera.es). Podemos ver por internet sus obras, pero no tienen nada que ver con la realidad. Porque, me explicaba Silvana, Herrera es un virtuoso del dibujo, y su método es tan heterodoxo que hay que verlo para creerlo. Sobre una madera aplica una imprimación y luego crea un fondo muy sutil a base de veladuras de acrílico para dar riqueza a la superficie. Después viene el grueso del trabajo, y todo él está realizado con bolígrafo Bic negro ¡Todo a boli! Línea a línea, trazo a trazo, pacientemente va creando el dibujo y el claroscuro. Al final el resultado es muy similar a un grabado a punta seca, consiguiendo laboriosamente los mediotonos y las sombras con el tramado de la tinta del boli. Y más admirable aún resulta el trabajo si vemos las dimensiones de los cuadros que Herrera pinta. Grandes formatos que exceden el tamaño del cuerpo humano, trazados pacientemente con este instrumento tan cotidiano. Llegados a  este punto del proceso, el pintor utiliza óleo aplicado con sutiles veladuras para dar la sensación de color. Las capas son suaves y transparentes. Por eso me refería Silvana cómo al ver de cerca sus cuadros se apreciaba perfectamente todo el trenzado del boli, apenas cubierto por finas capas de óleo. En cambio, al ver las fotos en internet toda esta energía, toda esa lucha, desaparecen. Las imágenes web son cuasi fotográficas, mientras que en realidad están llenas de líneas.

Es sorprendente cómo una imagen hecha de rayas pueda verse desde la distancia tan real, tan verídica. Esa es la virtud de la obra de Herrera. El amor al trazo, a la mano, al dibujo. Y el respeto al claroscuro, al detalle visual. Su fauna elaborada de este modo se convierte en algo táctil, físico, palpable. Su técnica nos hace percibir la textura, el pelo, la piel del animal, sin perder toda su carga pictórica. Y eso me hace pensar que a menudo en el taller nos sentimos incómodos al transcender la forma tradicional de utilizar las técnicas artísticas… “¿bolígrafo y óleo? ¡Qué disparate!” Sin embargo, lo que cuenta es el producto final, y el gran patrimonio de nuestro tiempo es la libertad, que unida al cariño por el propio trabajo no puede más que llevarnos al resultado acertado.









- Semana 21 - Miguel


- Semana 21 - Pilar


- Semana 21 - Ana


- Semana 21 - Carlota


- Semana 21 - Coloma


- Semana 21 - Geni


- Semana 21 - Gloria B.


- Semana 21 - Greta


- Semana 21 - Isabel D.


- Semana 21 - Javier


- Semana 21 - Joana


- Semana 21 - Jovi


- Semana 21 - Julia


- Semana 21 - Magdalena


- Semana 21 - María


- Semana 21 - Marisa


- Semana 21 - Marta


- Semana 21 - Mercè


viernes, 14 de febrero de 2020

+ Caricaturas +

Creo que hasta este momento nunca había escrito sobre caricatura en este blog. Tal vez porque es un género que no suele destacar dentro del estudio del arte, o más concretamente del dibujo. Sin embargo, si escarbamos un poco, encontramos grandes genios que la han practicado, como Leonardo o Goya. La caricatura es un trabajo que parece utilizarse sólo en la prensa escrita, esas viñetas efímeras que duran unos breves instantes en nuestras retinas y luego se desvanecen. Normalmente nadie tiene en su casa una caricatura de sí mismo presidiendo el salón. Como mucho un boceto enmarcado en el dormitorio que le hizo un artista callejero en un viaje de juventud ¿Os imagináis que los retratos de los Jefes de Estado o Presidentes que adornan los plenos fueran caricaturas? ¿O el retrato de nuestros padres que está junto al cabecero de la cama? ¡Cuánto revuelo produjo alguna caricatura de Mahoma! Acabó con la vida de más de un ser humano con alma de artista ¿Qué tendrán las caricaturas, que tanto se apartan de la narración del gran arte? Será porque todos nos queremos recordar jóvenes y guapos, esbeltos, relucientes y muy delgados. En cambio la caricatura rescata nuestro lado efímero, débil, risible, imperfecto. La caricatura pone a la vista nuestros defectos, a veces físicos, otras intelectuales, y los errores no deben publicitarse, ¿verdad? Pero como dice un refrán apócrifo, por sus errores los reconoceréis. En realidad, nuestras debilidades, defectos, ignorancias, nos permiten avanzar. La perfección es hermana del aburrimiento y de la arrogancia.

Las posibilidades expresivas de la caricatura son enormes. Su objetivo está en descubrir la vis cómica del retratado sin perder su parecido. Chubasco (Víctor Vélez) lo comprendió muy pronto. Nacido en Ciudad de México en 1972, el dibujo le ha apasionado desde su juventud. A los 16 años empezó a publicar en “El Universal”, uno de los principales periódicos de México, y a lo largo de su carrera también ha trabajado en importantes medios como “El Economista”, “La Jornada” y “Reforma”. Además ha colaborado en revistas como “Siempre”, “Expansión”, “Life & Style”, “Chilango”, “Quo”, “Esquire”…

He querido acompañar el blog con dibujos suyos, aunque a menudo publique trabajos a color. La delicadeza en el desarrollo de los grises, los perfiles definidos, la elegancia en la trama, son virtudes naturales de Chubasco. El cariño con que retrata sus figuras unido a ese punto humorístico relativizan cualquier drama en la historia de sus personajes, por grave que sea. La risa es siempre la mejor medicina.