jueves, 25 de mayo de 2017

+ Sightwalk +

Acabo de adquirir un libro del fotógrafo Gueorgui Pinkhassov. No lo he conocido hasta hace poco, pero soy seguidor en el Facebook de la revista “MasdeArte”, que tiene la costumbre de incorporar imágenes casi a diario de fotógrafos contemporáneos. Así estoy descubriendo a muchos artistas de la cámara, de una genialidad sorprendente. El catálogo se titula Sightwalk y es de segunda mano, un mercado muy apetecible porque tiene precios muy asequibles y acceso por la red a tiendas de cualquier parte del globo. El libro me lo enviaron desde Estados Unidos. Su autor es oriundo de Rusia pero vive en Francia. El texto se imprimió en 1998 en Italia y se trata de instantáneas tomadas por el fotógrafo en Japón.

Cuando lo recibí, me di cuenta de que las imagenes eran un catálogo de lo que yo llamaría la forma contemporánea de ver el mundo. Por eso me he animado a añadir algunas de las páginas al blog. Pintores y fotógrafos somos maestros de la imagen. Y tambien hijos de una modernidad que prima lo nuevo y distinto sobre la tradición. Qué difícil resulta ver la realidad con una mirada distinta de la que nos enseñaron. Pinkassov, sin quererlo, detalla un listado de los mil recursos que nos permiten ver el mundo de otro modo. Aquí van unos cuantos explicados de forma telegráfica:

¡Dejemos de mirar al frente! ¿Qué está ocurriendo arriba? ¿Y abajo?



El protagonista de las escenas pasa a un segundo plano. El actor secundario se convierte en motivo principal.



Hay detalles intrascendentes que son un verdadero tesoro… Como unos vasos de porcelana apilados entre periódicos.



Los espejos, esas puertas al país de las maravillas.



La unión de dos desconocidos ¿Qué tendrán en común los gatos con una caña de bambú? ¿Solo un contraste de color?



Las texturas, que universos tan maravillosos son las texturas.



Nunca hay que contarlo todo ¿Es el observador tan ignorante? Dejemos que sea él que imagine la cara de la protagonista.



Para mi lo más extraordinario del libro es que a menudo al seguir estos principios tomamos fotos que tanto podrían ser de París como de Tombuctú. Pero las fotos de Pinkassov, por diversas o extrañas que parezcan, son todas de Japón, tienen el sello del Sol naciente en su alma.

Y para acabar, magia.


- Semana 33 - Anu


- Semana 33 - Carmen C.


- Semana 33 - Coloma C.


- Semana 33 - Eva


- Semana 33 - Gloria


- Semana 33 - Isabel D.


- Semana 33 - Julia


- Semana 33 - Natalia


- Semana 33 - Pilar P.


- Semana 33 - Silvia


- Semana 33 - Titi


- Semana 33 - Tutes


- Semana 33 - Amalia


- Semana 33 - Ana S.


- Semana 33 - Ángel


- Semana 33 - Ángeles



viernes, 19 de mayo de 2017

+ Reinventando el paisaje +

El pasado día tres de mayo falleció en Manacor, su localidad natal, a los 74 años de edad, el pintor mallorquín Riera Ferrari. Estudió Bellas Artes en Barcelona y ya en el año 1967, con 25 años, estaba exponiendo en galerías de fuera de España, preludio de la que sería su dilatada carrera. Su gran trayectoria pictórica llevó al Govern Balear a concederle en el año 2009 el premio Ramón Llull.

Después de tantos pintores que en la historia reciente habían reflejado el paisaje mallorquín, parecía que este tema estaba ya agotado. Riera Ferrari supo darle una vuelta de tuerca. Introduciendo la materia sobre la tela, consiguió un enfoque inédito y personal, inconfundible. Logró que el público mirara a la Serra de Tramuntana con unos nuevos ojos, poniendo el foco no tanto en las grandes panorámicas, sino el el detalle cercano, en el relieve rugoso y áspero de unas rocas que de su mano se volvían míticas. A muchos de vosotros que venís al taller os gusta investigar sobre las texturas, las diferentes cargas que pueden aplicarse a la superficie del lienzo, para conseguir nuevos matices y tonalidades. Riera Ferrari fue un maestro en este aspecto. Seguramente su pasión por el paisaje y su espíritu libre le permitieron este cambio de enfoque. Y ahora, cuando viajamos en barca junto a las rocas grises y angulosas de la sierra, ya no sabemos a ciencia cierta si fue el maestro el que se enamoró de ellas, o son ellas las que se inspiran en los lienzos de Riera Ferrari para mostrarnos su pétrea figura.










- Semana 32 - Ángel


- Semana 32 - Ángeles


- Semana 32 - Elena


- Semana 32 - Gloria


- Semana 32 - Inma


- Semana 32 - Joana V.


- Semana 32 - Julia


- Semana 32 - Magdalena


- Semana 32 - Mercè


- Semana 32 - Pilar


- Semana 32 - Sebastiana


- Semana 32 - Silvia


- Semana 32 - Tutes


- Semana 32 - Amalia


viernes, 12 de mayo de 2017

+ Punta de plata +

Recientemente asistí a un taller sobre punta de plata en la Fundación Miró. Desconocía esta técnica de dibujo, que estuvo en auge especialmente a principios del renacimiento. El grafito (los clásicos lápices) no existían y por tanto los dibujos debían realizarse con carbón, que es un material cuyo rastro es difícil de conservar en el tiempo, o con un metal, ya fuera plomo o plata. En el siglo XVI se elaboró una aleación de estos dos metales que fue la utilizada por Miguel Ángel o Leonardo en sus dibujos. La plata consigue unas lineas muy precisas, nítidas, y unos grises muy delicados, permitiendo atender perfectamente a los detalles. El único problema es que necesita una superficie ligeramente rasposa, que al ser recorrida con el estilete afilado, dejará una marca. Por lo tanto los papeles debían prepararse previamente con cola mezclada con un pigmento blanco que diera textura y rugosidad, antes de dibujar. Se conservan dibujos a punta de plata de grandes maestros, y también el planteamiento de los cuadros sobre la tela se realizó en muchos casos con este metal.






Más tarde, en el siglo XVIII, el científico Francés Nicolás Jaques Conté inventó el lápiz tal y como lo conocemos hoy. Grafito mezclado con arcilla y agua, endurecido al horno y recubierto de madera. Esta barra es mucho más blanda que la punta de plata, y además no necesita preparación previa del papel, se aplica directamente. Así pues, la utilización de la plata desapareció rápidamente y sólo unos pocos especialistas siguieron empleándola, como hacían los maestros del renacimiento. Jeannine Cook (jeanninecook.com) es una apasionada de la punta de plata y fue la que nos inició en sus secretos. Su extenso currículum, con multitud de exposiciones tanto en Europa como en América, avalan su trabajo. Ella es una muestra evidente de cómo es posible actualizar un procedimiento a nuestro mundo moderno. Cook ha estudiado a fondo los diversos autores que utilizaron esta forma de dibujar a lo largo de los siglos. Es capaz de elaborar dibujos figurativos, suaves y delicados como los antiguos. Pero también puede percibir todo un nuevo horizonte de posibilidades con este trabajo. Su última exposición, en la residencia de Deià, han sido unas obras realizadas inspirándose en Miró. Ya lo dice la máxima, “somos enanos sobre las espaldas de gigantes”; conocer bien nuestros ancestros nos permite subir más alto…