viernes, 14 de febrero de 2014

+ Luz del norte +

La mayoría de veces escribo sobre pintores a los que sólo conozco a través su obra. Nuestro trabajo habla mucho de cómo somos y podemos intuir el carácter del artista viendo de qué modo usa el pincel, qué temas elige, qué colores utiliza. Hoy en cambio, voy a hablar de la persona que está detrás de cada uno de esos trazos, siguiendo el hilo de la última reflexión que hacía sobre cómo pintar paisaje. Se trata de Geirr Meisingset y para conocer sus trabajos en más profundidad podéis visitar: www.akvarell-meisingset.com.

Geirr es un noruego que hace honor a su origen vikingo. Tan alto que a menudo tiene que hacer un acto de humildad para no darse un coscorrón con el dintel de las puertas. El color de sus ojos es de un azul grisáceo como el del cielo en esas latitudes. Siempre tiene la sonrisa dibujada en los labios y su fácil palabra emplea muchas lenguas con igual soltura. Ha sobrevolado mil mares y habla de países lejanos como quien habla del salón o la cocina de su casa. Sus padres eran campesinos en Noruega y trabajaban la tierra en una granja que había pertenecido a su familia desde tiempos inmemoriales. Su ocupación de niño era principalmente el cuidado del ganado. Él cuenta historias sorprendentes, como la de cuando dormía la siesta recostado sobre el vientre de una vaca que lo había adoptado como ternero propio. Ahora vive en el corazón de Copenhague, pero sus orígenes están siempre presentes en su mirada.

No es de extrañar que la obra de Geirr se centre en el paisaje y su relación con el ser humano. La técnica que ha cultivado desde el principio y con la que se siente a gusto es la acuarela. Agua, color y agua, como la que corre a raudales en su país. En cada trabajo busca la síntesis de lo que ve. Los colores son amables, moderados, reflejan la luz del norte. La pincelada es segura, firme y no podría ser de otra manera viendo sus manos tan rotundas. Geirr quiere ir más allá del detalle y la anécdota para llegar a una nueva percepción del entorno, más profunda y esencial, pues las cosas nunca son como se ven a simple vista. Recuerdo cuando estuve en la boca de un glaciar en su compañía y pude comprobar cómo el color del hielo no es blanco. ¿Cuál es el matiz de un bloque inmenso de hielo? Tendréis que viajar a Noruega para saberlo.







1 comentario:

  1. Hola Sr. Maestro
    Muchas gracias por la entrada. Tiene muchos matices divertidos. Es un honor para mi que me des a conocer en tu blog.
    Un abrazo
    del Sr. Geir del Norte.

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