viernes, 21 de abril de 2017

+ Oslo sobre el telar +

Tengo un amigo noruego que vive en Oslo. Hace tiempo que me insistía en ir a verle y, sorprendentemente, volar tres horas y media hacia el frío polar me salió mas barato que viajar a Madrid el mes pasado, misterios de las compañías aéreas. En la ciudad que abraza el fiordo del mismo nombre nos dedicamos a pasear y a ver arte (hizo un sol espléndido, que conseguía subir la temperatura sobre los diez grados cuando vencía finalmente a la niebla). Me descubro el sombrero ante los arquitectos noruegos, que están modelando una ciudad del siglo XXI, elegante y sorpresiva. De todas las exposiciones que vi voy a destacar una que celebraba el aniversario de una muestra que tuvo lugar hace exactamente 40 años, en Oslo, sobre arte realizado en el telar. Es decir, de tapices, elaborados con una intención puramente artística. No es nada habitual ver artistas que trabajan con hilos en nuestra tierra, supongo que por lo laborioso del procedimiento. Esta muestra, en cambio, reunía un gran grupo de artistas, activos y creativos (no pongo los nombres porque son muchos y nos resultarán completamente desconocidos, pero si alguien está interesado la web de la galería es kunstnerforbundet.no).

Los tapices precisan un planteamiento global antes de tirar el primer hilo, no puedes cambiar de parecer una vez llevas horas trabajando. Pero el resultado es muy rico por los matices que provoca el encadenado del tejido. La exposición abarcaba todas las tendencias, incluso la fachada de la galería era una fiesta de color. Pensé que tal vez las largas noches de invierno nórdico, con su oscuridad permanente, favorecían esta práctica diligente. Hilo a hilo, paso a paso, pacientemente enhebrando el trabajo, como la parca de la canción mallorquina “la Balanguera”, que día a día hila el tejido que es nuestra vida. 













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