Una paradoja es una situación o un razonamiento que escapa a la lógica y al sentido común, y por ello produce en nosotros un efecto de contradicción, de inquietud o incertidumbre. Algunos artistas han utilizado estos juegos o engaños visuales en sus trabajos, el más conocido de ellos es Escher. Sus paradojas visuales desafían las leyes de la gravedad, de la perspectiva o de la lógica. Lo previsible y conocido se rompe en la imagen, entrando en el territorio de la magia o del circo, donde las cosas no son lo que parecen y los problemas obtienen soluciones completamente inesperadas. Porque este es uno de los objetivos de las paradojas: potenciar el pensamiento alternativo, romper esquemas o prejuicios inconscientes, y forzarnos a enfocar las cosas desde un nuevo punto de vista; la realidad no es rígida y simple como nuestra mente (casi siempre funcionando en piloto automático) nos quiere hacer creer.
La paradoja es el punto de partida de la artista Cinta Vidal (cintavidal.com). Para ella, dibujar y pintar fue algo natural desde su infancia, por eso estudió Ilustración en la Escuela Massana de Barcelona. Su obra está retando continuamente a la lógica de la gravedad. Sus cuadros pueden verse del derecho o del revés, y la naturalidad con que los individuos, los objetos y las casas pasan del estado actual al invertido es su gran atractivo. El trabajo de Vidal va más allá del puro juego visual, para entrar en el campo de lo simbólico. No hay un punto de vista unidireccional en sus cuadros, sino muchos, y sus personajes tienen que aceptarlo para poder relacionarse y dialogar.
Otro de los grandes atractivos de su obra es el formato, que no se limita a los lienzos tradicionales, y utiliza también las paredes de los edificios. Qué chocante es contemplar la realidad de pié e invertida, a esa gran escala. Así es, no hay un mundo, ni una verdad, ni una forma de ver las cosas, sino muchas…
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