Ya hablamos una vez de incorporar fotos a la pintura al referirnos a la obra de Domingo Zapata. El artista Victor Alba también utiliza a menudo la fotografía como punto de partida. En la serie titulada "True Landscapes" la base de las obras es siempre la misma, una imagen del mar infinito sobre la que actúa. Las obras que os adjunto son todas de pequeño formato, como elixires de agua salada para beber a sorbos.
Me sorprende cómo contrasta la imagen con la materia pictórica. La foto está teñida a veces, degradada, velada. Y finalmente empastada. Los gruesos y cargas hacen de tierra firme para nuestra mirada, que descansa en estas islas de pintura que son ora cielo ora suelo, junto al océano.
No es nada fácil actuar con pintura sobre una foto, y si no estáis de acuerdo, sólo probadlo. Conseguir que la instantánea sea amiga del acrílico, que se caiga bien con él, que no chirríe o parezca metida con calzador requiere mucha destreza. Pero hoy en día, con lo que nos gusta fotografiar nuestro entorno, ¡que tentación permitir a estas imágenes entrar en nuestro trabajo artístico! Alba lo hace con seguridad y sabiduría. Sus mares son cualquier cosa menos aburridos. Los seres que habitan las profundidades esconden sus misterios; sólo podemos percibir esa superficie en eterno vaivén.
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