viernes, 3 de abril de 2020

+ Arte en el fregadero +

El pasado miércoles 25 de marzo el periódico Ultima Hora se hacía eco de la iniciativa del grupo Urban Sketchers Mallorca, que propone cada día de este confinamiento un tema para dibujar (debe poder realizarse desde el interior de la vivienda) y luego compartirlo en su página de facebook. Ese día el motivo propuesto fue el fregadero de la cocina.

Ya he hablado aquí otras veces del movimiento Urban Sketchers, por ejemplo, en el inicio del curso 2013 comentábamos su ideario (https://tallerquartcreixent.blogspot.com/2013/08/abrimos-de-nuevo.html?m=0). Pero esta vez lo que me llamó la atención fue el tema propuesto. Porque estoy leyendo el catálogo de la exposición “De Millet a Matisse” que tuvo lugar en “La Caixa” en el año 2005. Un libro con unas ilustraciones estupendas y unos comentarios de las obras a la misma altura (me encanta leer comentarios sobre cuadros, pero eso es otra historia). En la página 19 el texto afirma:

“Con anterioridad a la Revolución de 1789, las normas del arte francés las establecía y mantenía la "Académie Royale des Beaux-Arts". Sus miembros y alumnos presentaban regularmente sus obras en el “Salon” para que el público pudiera estudiarlas detenidamente. Dicha exposición pública se celebraba en París, generalmente en abril o en mayo, en un principio cada dos años y posteriormente cada año… El sistema ofrecía al joven artista una serie muy clara de etapas para forjarse una carrera, así como un objetivo hacia el que dirigir los esfuerzos: a través de su compleja jerarquía de premios y la atención que le dedicaban los críticos, el “Salon” era para la mayoría la vía más segura para conseguir encargos y los elogios del  público. Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo, un número cada vez mayor de artistas “problemáticos”, no fácilmente aceptados por el jurado del “Salon”, descubrieron que podían hacerse un nombre fuera del sistema…

De la mano de la diversificación de las viejas pautas de exposición vino un relajación de las viejas normas y jerarquías. Hasta la fecha, las finalidades y el estatus del arte habían estado claramente definidos dentro de una jerarquía muy marcada. La pintura histórica (que elevaba moralmente temas alegóricos o bíblicos en los que intervenían figuras heroicas) se situó en la cúspide del logro artístico, la naturaleza muerta se relegó al lugar más bajo, y entre ambos extremos se hallaban, en orden descendiente, el retrato, el paisaje y las escenas de género. Pero a mediados del siglo XIX, los temas heroicos tradicionales de la Biblia, de la literatura clásica y de la historia estaban siendo reemplazados cada vez más por episodios históricos anecdóticos y motivos más corrientes de la vida cotidiana. Se consideraba que estos temas realistas, comprensibles para todos, se adaptaban más a la era democrática moderna. Con la paulatina aceptación, a partir de 1850, de estos temas menos elevados, se preparó el terreno para el radicalismo que presentarían las obras de Manet y de los impresionistas, que en las décadas de 1860 y 1870 producirían los paisajes más atrevidos, llenos de luz y novedosos y los temas figurativos más modernos que Francia jamás hubiera visto. Las formas más tradicionales del arte autorizado por la academia francesa fueron consideradas por muchos definitivamente derrocadas por las fuerzas del progreso político.”

Una cita muy larga, pero cuán iluminadora. Evidentemente, esto era sólo el preámbulo de lo que iba a venir después, a principios del XX. Pero nos permite comprender de dónde nace nuestra libertad artística actual. Otros libros que he leído hablan de cómo pintores de siglos anteriores fueron preparando esta revolución del XIX. Pero eso ya lo buscaréis vosotros, pues como sabéis este no es un blog de historia, sino unas reflexiones redactadas por un ignorante, que simplemente comparte sus inquietudes.

Cuando vi la propuesta de dibujar el fregadero de casa, lleno de cacharros sucios, mugre y espuma, un caos de objetos dispuestos sin ton ni son, no pude menos que recordar el párrafo que había leído en el catálogo de La Caixa. Y sentir cuán afortunados éramos de haber recibido esta herencia de libertad, y poder descubrir arte con todas sus letras incluso en el lugar más mugriento de la casa.

También pensé que, puesto que estamos encerrados, no queda más remedio que compartir nuestro quehacer diario por internet. Así que voy a publicar los trabajos que algunos de vosotros habéis compartido conmigo por whatsapp o por mail. Si me enviáis esta semana lo que vayáis haciendo en casa, dibujos, pinturas, acuarelas, etc. lo publicaré en las próximas entradas.

Para acabar, acompaño el texto con algunas de las imágenes que aparecen en el facebook de Urban Sketchers Mallorca (https://www.facebook.com/groups/USKMallorca/). Las que publico a continuación pertenecen a: Clarice Ishtar, Dithard Von Rabenau, Feliu Renom, Flavia Gargallo, Isabel Jiménez, Mercedes Alabern y Toni Torrens.









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