viernes, 3 de octubre de 2014

+ Cosas que vi este verano II +

Paseando por Budapest este verano pude contemplar montones de fachadas modernistas (allí se llama Secesionismo) pues en este periodo arquitectónico es cuando se construyó gran parte del centro de la ciudad. Sus motivos orgánicos, curvos y juguetones, se encuentran por doquier. Sin embargo, tal vez os parezca cómico, la fachada que más me llamó la atención fue la del Hotel Marriott. Este edificio se construyó en 1968 y lo bautizaron en aquella época Danubio Intercontinental. Descansa en la ribera del río, entre el puente de Elisabeth y el de las Cadenas. Es una enorme masa de cristal y hormigón en forma de T, con 362 habitaciones de espectaculares vistas sobre las colinas de Buda y los palacios. El arquitecto fue Jozsef Finta y también es el autor del mural que flanquea la entrada y que captó mi atención.

Utiliza los elementos básicos de círculo, cuadrado y triángulo para elaborar toda la composición. Las formas poseen cierto relieve lo que permite crear un juego dinámico de luces y sombras que moldea los volúmenes. La piedra está tallada elegantemente, hora lisa, hora rugosa, para aumentar el efecto lumínico. Cuando te sitúas delante con la cámara de fotos consigues mil imágenes sugerentes, llenas de elegancia y contención. Puedes acercarte o alejarte, encuadrar aquí o allá y siempre el resultado es sugestivo, como podéis ver en las dos últimas instantáneas que adjunto. Finta crea un jardín de geometría, la selva de lineas perfectas, el vergel circular.








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