viernes, 24 de abril de 2015

+ Collage +

Siguiendo con lo que pude ver en Belgrado, sorprende que hubiera dos autores que utilizaban el collage como base de su trabajo. Esta técnica es laboriosa y difícil. Además de efímera, pues las tintas de las revistas no soportan el paso del tiempo y pronto se empiezan a desvanecer, sólo las imágenes en blanco y negro sobrevivirán para contarlo. Con las prisas no anoté los nombres de los autores, pero su forma de trabajar era totalmente distinta.

Cuesta mucho conseguir que las fotos se integren en los ambientes creados con pintura o dibujo de forma natural, pero el primer artista lo consigue plenamente. Son imágenes que se mueven entre el surrealismo y la comicidad. Los personajes están totalmente sacados de contexto. Por ejemplo, el guerrero de sumo aparece pensativo en una peluquería acompañado de su perro fiel; un cantante de ópera ejerce su oficio en un cuarto de baño donde fue a reparar la lavadora; y una interpretación pianística está acompañada de un ama de casa que pasa la aspiradora. El autor utiliza para su trabajo lápiz, tinta china y acuarela de forma meticulosa y elaborada, consiguiendo unos ambientes donde sus figuras se sienten como en casa, en una unión entre la fotografía y el trazo hecho a mano que no chirría, es natural y armónica. Las instantáneas parecen escenas sacadas del teatro del absurdo, que es la vida misma llevada a su máxima contradicción.


El segundo autor toma un camino muy distinto. No pretende que distingamos los motivos que ha recortado (rostros, letras, objetos publicitados…), muy al contrario. Quiere presentar una imagen realista, casi fotográfica, con un trasfondo sensual, erótico, para lo cual inicia el cuadro pintando con acrílico. Además, clasifica los retales por tonos y colores; luego los pega sobre el lienzo en el lugar que coinciden con su matiz y así crea con ellos una imagen hecha de girones. De cerca puedes apreciar el montaje, los papeles pegados, la pintura, de lejos un motivo nuevo que nada tiene que ver con los pedazos que le dan vida. El efecto es sorprendente, muy logrado. A mi me recuerda aquellas imágenes de la película mátrix, en que las figuras se fundían con el texto hasta desaparecer en el código que les daba vida.







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