A veces oímos eso de que “no hay nada nuevo bajo el sol”. Falso. Cada día nacen nuevas ideas, nuevas propuestas, nuevas soluciones. Es cierto que todo se hace partiendo de lo que ya conocemos, como un trampolín. Pero la creatividad humana no hace más que engendrar nuevas realidades.
Otra cosa es que las ideas estén en el aire, y muchos de nosotros bebiendo de ellas, lleguemos a conclusiones parecidas. Es inevitable, pues hoy más que nunca compartimos imágenes, palabras, inquietudes, deseos… Estos días, por casualidad, después de publicar la entrada sobre Carlos Ramírez, he descubierto una artista que trabaja de forma similar. Y lo argumenta de manera muy parecida. También se inspira en la luz pasando a través del follaje natural para sus composiciones. Pero, como es lógico, el resultado es diferente, pues cada uno aporta su propia personalidad a la obra que realiza.
Elise Morris es una artista afincada en California (elisemorris.net). Trabaja con acrílico sobre lienzo, en obras de gran formato llenas de fundidos y sutilezas, y sobre papel. Estas últimas son las obras que os presento. De tamaño reducido, el papel siempre impone sus límites, parecen realizadas con la técnica de la acuarela. Morris se cuida muy mucho de no empastar, algo que con el acrílico sale de forma espontánea, permitiendo sólo que el color fluya líquido, acuoso y juguetón. El resultado son ensoñaciones llenas de vida orgánica y luz, un paraíso antes de morder la manzana.
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