Jean René, más conocido por su pseudónimo JR (París, febrero de 1983; www.jr-art.net) es un artista callejero y fotógrafo francés, también conocido como el "fotógrafo clandestino". Toma fotografías en blanco y negro que, después de ampliadas, son pegadas en grandes muros de la ciudad, a la vista de todos. Para él «la calle es la galería más grande del mundo». JR inició su carrera realizando graffitis en las paredes de su ciudad natal, siendo apenas un adolescente. Después de encontrar accidentalmente una cámara en el metro, él y sus amigos comenzaron a documentar su proceso de realización de los graffitis, y a la edad de 17 años empezó a pegar copias de estas fotografías en los muros de la capital. Los formatos fueron aumentando, las propuestas evolucionando, y en el 2006 sus fotografías “Retratos de una generación” obtuvieron el reconocimiento del Ayuntamiento de París, que aprobó que, aunque habían sido instaladas sin permiso del consistorio, dejaran de ser ilegales en las fachadas de la ciudad.
El pasado 29 de marzo, hace pocos días, JR creó un gran trampantojo en el patio del Louvre, para conmemorar el 20 aniversario de la instalación de la pirámide de cristal. "Trampantojo" viene de la unión de las palabras “trampa ante ojo”, y es algo usado desde muy antiguo. Ya los griegos empleaban estos artificios de pintar cosas en las paredes simulando ser reales. Por ejemplo, una ventana desde la que se divisa un paisaje, una puerta entreabierta o un patio de columnas. Todo tan bien pintado, pulcramente acabado, que si no te fijabas bien te dabas un tortazo con el muro al querer franquearlo. Siguiendo esta técnica, JR quiso simular las entrañas de la pirámide de cristal, planteando una cantera enorme desde donde nacerían sus cimientos. 400 voluntarios participaron pegando tiras de papel en una instalación que duró sólo un fin de semana.
Si uno lo piensa bien, en nuestra vida estamos rodeados de trampantojos. Cuántas cosas a nuestro alrededor se disfrazan para parecer lo que no son. Desde los bolsos Louis Vuitton que nos venden en la Plaza Mayor por dos duros, hasta el maquillaje de las chicas que esconden las ojeras de la noche anterior. O los músculos de los fornidos caballeros que han crecido a base de anabolizantes. Muchos trampantojos. El de JR fue un trampantojo artístico, y por eso sale en este blog. Pero sólo podía captarse correctamente si se accedía al balcón del primer piso del museo (para lo cual se necesitaba un pase VIP). A pie de calle no se comprendía bien, no se apreciaba. Así que fue un raro trampantojo, trampantojo exclusivo, o trampantojo de élite. Los que no cumplieron con el requisito de tarjeta VIP, se conformaron con llevarse trozos del papel que hacía de trampantojo, arrancándolos del suelo, como recuerdo. Extraño recuerdo, de algo que no se ha visto.
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