viernes, 11 de enero de 2013

+ Ámbar artificial


Si habéis tenido tiempo durante las vacaciones para visitar la exposición Expanded Drawing del Casal Solleric seguro que os sorprendió el trabajo de Ricard Chiang titulado “Raíces”. Como sabéis esta exposición se dedica a nuevas formas de tratar el dibujo, más allá del lápiz y el papel tradicional. En este caso el soporte de la obra crece tanto a lo ancho que acaba engullendo el trazo. El material ya no aguanta que lo rayen, que hagan surcos en él, sino que se traga el dibujo y lo conserva momificado en su interior. Se asemeja a la resina de aquellas primitivas coníferas que al brotar del tronco iba devorando todo lo que encontraba a su paso, para darle un barniz de eternidad. Ésta se llama resina de poliéster. Ha cambiado su color dorado amarillento por un violáceo frío, cual bloque de hielo que no suda. Su artificialidad no le quita misterio. En las manos de Chiang el material se convierte en objeto de lujo. Su tesoro está formado por raíces naturales y tinta china jugando entre vacíos y enredos, transparencias y negros. Ámbar artificial que encierra nuestros pensamientos fluyendo en viscoso poliéster.







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