Lola Donoghue (loladonoghue.com) es una artista irlandesa; allí se graduó en Bellas Artes y allí vive, aunque envía su obra a cualquier parte del mundo. Y si decides adquirir una, tendrás que ponerte a la cola pues está toda vendida. Ella comenta que su forma de trabajar sigue una metodología sustractiva: inicialmente sus cuadros suelen ser una explosión de formas y colores. Después, poco a poco, va cubriendo la superficie pictórica con diversas capas, ora gruesas, ora transparentes. Así hasta llegar a estos ambientes tan propios de ella, etéreos, casi ensoñaciones, con unos pocos toques de brillante neón aquí o allá. Aunque el arte abstracto incita a que cada uno haga su propia interpretación de lo representado, la obra de Donoghue sólo permite descubrir ternura y afecto. Será por los tonos que utiliza, será por esas formas orgánicas similares a las que dibujan los niños pequeños en sus primeros garabatos, toda su obra desprende delicadeza.
Debido a esta forma de trabajar, sus cuadros se parecen mucho a nosotros mismos. Porque bajo esa pátina de tono suave que ofrece nuestro rostro, todo un mundo multicolor de emociones está palpitando. Un universo subconsciente, que sólo descubren quienes se acercan lo suficiente para percibir aquello que hay detrás de nuestra mirada.
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