viernes, 3 de junio de 2016

+ Flores son flores +

Aunque la revolución moderna ha roto los moldes con los que se medía el valor de las obras de arte durante siglos, no nos libramos de esos juicios que pasaron ya a formar parte del inconsciente colectivo. Una de las distinciones básicas para establecer la categoría de un cuadro era el tema. Y seguimos pensando que si representamos la figura humana, la obra tiene más valor que si lo que se pinta es un bodegón… No hablemos ya de pintar  objetos puramente decorativos, el último nivel en la escala de valores del arte. Me viene a la memoria la repetida frase entre artistas: “flores son flores”, queriendo significar que la belleza, por sí misma, no basta para dar categoría a la obra. Y probablemente ésta es también una visión del mundo desde la masculinidad: sólo lo heroico tiene verdadero valor, la belleza y la delicadeza es cosa de mujeres.

Pues bien, vamos a reivindicar el mérito de las flores y su valor artístico. Y lo hacemos con la obra de Lourdes Sánchez (lourdesanchez.com), creadora nacida en Cuba pero afincada en Nueva York. Sus acuarelas cautivan por la sencillez con que las plantea. Permite que el medio artístico se manifieste en plenitud, dejando al agua jugar a su antojo, acompañándola para que transite por los senderos que Lourdes prefiere. Flores, flores por doquier, flores campestres, suaves, transparentes, sí, sí, flores.









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